La Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs) celebra 60 años de fundación y Francisco Herrera, director de esta institución, comenta a LA PRENSA sobre los logros y retos de la máxima casa de estudios en el transcurso del tiempo.
Además, expresa su punto de vista sobre los cambios necesarios que deben hacerse en la universidad para enfrentar lo que se viene en los próximos años.
Hace referencia al antes y después desde la aparición de la universidad.
Ya sobrepasamos los 30 mil egresados y ellos no han pasado inadvertidos en la sociedad porque han contribuido al desarrollo del país.
La Unah-vs ha sido un integrante activo y un motor para que San Pedro Sula progrese y queremos seguir haciéndolo.
Han sido pasos progresivos desde la década de los 70 y con la aparición de carreras nuevas en aquel tiempo como la carrera de Enfermería, porque con ella se comenzaron a desarrollar los vínculos de universidad-sociedad.
Esta carrera fue la responsable de que la universidad saliera de los muros y llegara a las comunidades.
Por supuesto. La celebración de nuestro Tercer Congreso de Investigación Científica, las brigadas médicas y actividades que hemos preparado en el marco de nuestro festejo del 60 aniversario lo demuestran.
Tenemos que ver a la universidad como un todo que ha venido cambiando su accionar.
Creo que más allá de lo que se ve, sea bueno o malo, no se puede obviar que el estancamiento de la universidad cesó.
Vamos caminando a un ritmo quizá no tan acelerado como nos gustaría, pero en la dirección correcta.
Creo que el logro máximo es la credibilidad que la universidad está logrando en la sociedad hondureña.
La Unah-vs es considerada como la segunda mejor en el país
Me parece que en este momento un importante porcentaje de la población sitúa a la Unah-vs como una institución pública fiable. Independientemente de que tengamos o no un campus bonito, una prueba de aptitud con la que mucha gente no esté de acuerdo, de que haya o no huelgas, indistintamente de eso la universidad es vista como una institución creíble.
Es el hecho de que tenemos que hacerle frente al crecimiento vertiginoso que se nos viene a consecuencia de la credibilidad adquirida. Creíamos que tendríamos los 20 mil estudiantes en el 2018. Estamos en 2015 y ya tenemos esa cantidad de alumnos. En los próximos cinco años los 30 mil estudiantes estarán aquí.
Debemos tener visión y planificación para ofertar carreras haciendo una lectura del entorno.
Por esa razón estamos desarrollando como un proyecto prioritario la construcción del Centro de Innovación Tecnológica, el complejo de las Ciencias de la Salud y la depuración de los docentes para que los catedráticos que ingresen a impartir clases tengan estudio de posgrado.
Necesitamos constructores de futuro dentro de la universidad que nos ayuden a hacerle frente a ese crecimiento acelerado.
Es un gran reto determinar claramente cuáles son las carreras que deben seguir o no existiendo en la universidad.
Algunas se someten a desgaste porque ya no tienen pertinencia. Se cambian por nuevas carreras que son creadas y adecuadas a la realidad nacional.
Tenemos que dejar lo tradicional y como hacen otras universidades del mundo: desarrollar carreras orientadas a un rubro específico.