Eran casi las seis de la tarde. Gabriela y Carolina Tábora esperan con angustia en el aeropuerto de Gran Caimán a Kenia, su familiar que llegaba desde Honduras con visa laboral después de poco más de una hora de vuelo.
Los nervios se deben a que antes de salir de las oficinas de Migración Kenia debía aprobar el riguroso examen de inglés que se hace a los aplicantes en el mismo aeropuerto. Quienes reprueban la evaluación son devueltos a su país, aunque tengan el puesto de trabajo asignado y el permiso pagado. Finalmente la espera terminó. Gabriela y Carolina respiran aliviadas al ver a Kenia salir del aeropuerto con una sonrisa. Todo salió bien, el mundo de las oportunidades le abrió sus puertas.