24/04/2024
10:45 PM

Más de 600 vacantes en SPS, Tegucigalpa y Villanueva

El año anterior no creció el empleo asalariado en Honduras. El Gobierno no tiene un estudio sobre las personas que pierden los trabajos a causa de incautaciones de empresas.

San Pedro Sula, Honduras

Empresas de todos los sectores productivos del país tienen más de 800 plazas libres para que sean ocupadas por hondureños desempleados.

Desde el 10 de este mes, esas vacantes son ofrecidas por las empresas a través de la bolsa de empleo del Servicio Nacional de Empleo de Honduras (Senaeh).

La mayor parte está disponible en Tegucigalpa (230), San Pedro Sula (225) y Villanueva (200), de acuerdo con datos entregados por Senaeh a Diario LA PRENSA. En estos días, las empresas necesitan mecánicos (industriales, de corte, caldera y tejido), técnicos (en refrigeración, soldadura, electricidad, electrónica), paramédicos, enfermeras, operadores de montacargas y motoristas de cabezales.

Dato
Documentos que deben portar los postulantes Las personas que deseen trabajar siempre deben portar la hoja de vida actualizada, constancia de antecedentes penales, constancia de antecedentes policiales, constancias de trabajos anteriores (si las tienen) y referencias personales.
También buscan maestros bilingües, personas que hablen inglés para call center, meseros dispuestos a trabajar en horario nocturno, ingenieros civiles, técnicos en sistemas de información y vendedores.

“Para que una persona desempleada obtenga un trabajo debe tener tres herramientas fundamentales: un currículum actualizado, buena actitud y buena presentación”, dice Yisel Rivera, oficial de empleo de Senaeh.

Rivera, quien coordina Senaeh, hace esa advertencia porque ha observado que muchas de las personas que buscan un trabajo “andan negativas, algunos hombres no se afeitan, usan esas barbas largas”.

Foto: La Prensa

Oficiales del Servicio Nacional de Empleo de Honduras (Senaeh), además de ofrecerles la información sobre plazas disponibles, asesoran a los postulantes sobre la actitud que deben mostrar al momento de ser entrevistados por las empresas que requieren sus servicios.
Diariamente, sobre todo los lunes, martes y miércoles, al Senaeh de San Pedro Sula llegan entre 100 y 150 personas, pero una gran parte no aprovecha las oportunidades por no portar la documentación pertinente.

Otras personas, que logran una remisión de Senaeh para ser entrevistadas en las empresas, pierden la contratación porque, al final, prefieren regresar a sus casas, pues muchas de ellas no portan dinero para pagar el transporte e ir a Choloma o a Villanueva, por ejemplo.

Empresas como Gildan Activewear (de capital norteamericano y fábricas en la costa norte) han llegado a Senaeh a hacer entrevistas de manera directa con el objeto de garantizar que los interesados no dejarán escapar la oportunidad por falta de dinero.

Todas las semanas, la demanda laboral (el número de plazas disponibles) sube o baja por diferentes causas: apertura o cierre de empresas, despidos individuales o recortes masivos de las planillas de trabajadores.
Fermín Ríos, originario de Santa Bárbara y quien es parte de esta dinámica laboral, salió ayer con una hoja sellada y firmada por un oficial de Senaeh que le permitirá ser entrevistado por una empresa que necesita empleados en el departamento de servicio al cliente.

“Soy bachiller en Administración de Empresas, tengo 22 años y esta es la cuarta ocasión que tendré un empleo. He trabajado en varias empresas y la última vez me despidieron porque hubo recorte de trabajadores”, relata. Mientras Ríos tiene un documento que lo llevará a una entrevista laboral, Víctor Cortez (de Villanueva), después de dos años de estar desempleado, llegó ayer a Senaeh a buscar una oportunidad.

“Yo hace dos años trabajé como operario en una empresa de Villanueva y en estos dos años he tenido trabajos por contrato. Para mí es difícil porque solo estuve en la escuela”, dice.

Mercado

En los últimos cinco años, el mercado laboral, aparte de las fuerzas automáticas que inciden en la oferta y demanda, ha sido alterado por los cierres o aseguramientos de empresas que han pasado a poder de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi).

Algunas de estas empresas, asociadas a capital de dudosa procedencia, han cerrado operaciones y han despedido a los empleados porque, después de un período, no han logrado la sostenibilidad.

Para Sergio Moreno, profesor de las cátedras Teoría Económica y Marco Legal y Fiscal de las Empresas en el nivel de posgrado de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), hasta ahora “no hay un estudio que demuestre los efectos que han tenido las incautaciones en el mercado laboral”.

“No tienen un estudio que demuestre la absorción de la mano de obra de las empresas cerradas después de las incautaciones. El efecto no se puede medir porque no hubo un mecanismo para darle seguimiento y no se preocuparon por el trabajo de las personas que dejaron de ejecutar esas actividades”, expresa.

Pero cuando la economía mantiene un ritmo de crecimiento promedio, la oferta y demanda laboral se mantiene en similar porcentaje, y es por esa razón que el impacto no es percibido.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el desempleo en Honduras en 2016 alcanzó 9% y en 2017, al igual que Brasil, no observaron un crecimiento en la cantidad de empleos asalariados.

No obstante, Moreno considera que Honduras enfrenta un mayor problema para generar nuevos empleos: “Hay una mortalidad de las pequeñas y medianas empresas de alrededor de 80%. Las empresas no sobreviven después de dos años”.