Faltan 5 días para que el ex presidente de Honduras Juan Orlando Hernández conozca la sentencia de un tribunal de Estados Unidos luego de ser hallado culpable por tres delitos de narcotráfico en marzo de 2024.
Para comprender la magnitud de este evento, es crucial explorar los antecedentes y el contexto que rodean este caso.
Juan Orlando Hernández, conocido popularmente como JOH, inició su carrera política al lado de connotados políticos de la talla de Ricardo Maduro, Rafael Leonardo Callejas y con mentores como Porfirio Lobo Sosa, le garantizaban una carrera sin obstáculos y llena de triunfos.
Juan Orlando Hernández lideró las huestes del Partido Nacional, fue un muy querido líder en su natal Lempira, también dirigió el Congreso Nacional en tiempos de Lobo Sosa, período 2010-2014, y de ahí saltó a la máxima vitrina política de Honduras: la Silla Presidencial.
Su gobierno estuvo marcado por una agenda de seguridad y desarrollo económico, aunque siempre bajo las críticas de la comunidad internacional y de sus opositores internos.
Hernández fue reelegido en 2017 en medio de acusaciones de fraude electoral y protestas masivas. Su administración fue criticada por un supuesto autoritarismo creciente y por vínculos sospechosos con el narcotráfico, vínculos que terminarían siendo determinantes en su caída.
El caso contra Hernández se basa en la colaboración de múltiples testigos y evidencias recolectadas durante años de investigaciones. Según los fiscales estadounidenses, Hernández recibió millones de dólares en sobornos de narcotraficantes, incluidos fondos del conocido capo mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán.
A cambio, Hernández presuntamente ofreció protección a los narcotraficantes y facilitó el tránsito de drogas a través de Honduras hacia Estados Unidos.
Juan Orlando fue más señalado debido a su hermano Tony Hernández, quien también fue condenado por narcotráfico en 2021. Tony Hernández era un intermediario clave en la red de tráfico que involucraba a altos funcionarios del gobierno hondureño.
Sin embargo, durante su mandato, Hernández siempre negó las acusaciones, presentándose como un aliado firme de los Estados Unidos.
Su caída
Fue el 7 de febrero de 2022, que el Secretario de Estado de los EEUU, Antony Blinken, hizo pública la revocación de la visa a Hernández para entrar a ese país, así como su inclusión en la lista de personajes “antidemocráticos y corruptos” del Triángulo Norte de Centroamérica, un listado también conocido como Lista Engel.
Lo que se venía era la extradición. Una semana después de entrar en la llamada lista negra, y justo el día del Amor y la Amistad, el 14 de febrero de 2022, la Cancillería hondureña informó que remitió a la Corte Suprema de Justicia una solicitud de extradición de “un político hondureño” a quien no identificó. Horas más tarde, medios internacionales daban la noticia de que el expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández, había sido pedido en extradición por los Estados Unidos.
Un día después, aunque Hernández se entregaba por voluntad propia, era esposado de pies y manos en su casa, frente a su familia y ante la vista de todo el mundo que jamás imaginó tal escena. Tras intentos por evitar su entrega a la justicia estadounidense, finalmente el 21 de abril de 2022 Juan Orlando abordó el avión de la DEA que lo entregó a una nueva realidad: la prisión y la larga espera por su juicio.
El 11 de mayo de 2022, el oriundo de Lempira conoció los cargos que le imputaba la justicia estadounidense. Él se declaró no culpable ante el juez Kevin Castel.
Por su parte, la Fiscalía aseguró tener audios que lo implican con el narcotráfico, así como escuchas telefónicas. Llegó a la Corte del Distrito Sur de Nueva York con grilletes, vestido de reo y lucía demacrado.
La nueva realidad de Juan Orlando es que está a la espera de saber si recibirá una sentencia mínima de 90 años o hasta tres cadenas perpetuas. El juez Kevin Castel, quien también condenó a Tony Hernández, tiene la potestad de decidir.
Además, la comunidad internacional está observando de cerca el desenlace de este caso. A medida que se acerca la fecha de la sentencia, la tensión aumenta tanto en Honduras.
El caso de Juan Orlando Hernández es un evento trascendental en la historia reciente de Honduras y América Latina. A medida que el mundo espera la sentencia del 26 de junio de 2024, la esperanza es que este caso marque el comienzo de una nueva era de justicia y rendición de cuentas en Honduras.
CARGOS IMPUTADOS CONTRA JOH
Cargo I detallado: conspiración para importar sustancia controlada a los Estados Unidos desde un lugar fuera del mismo, así como fabricar y distribuir una sustancia controlada con la intención y el conocimiento que dicha sustancia sería importada ilegalmente a ese país. De igual manera, fabricar, distribuir y poseer con la intención y distribuir una sustancia controlada a bordo de una aeronave registrada en los Estados Unidos.
Cargo II detallado: usar o portar armas de fuego, ayudar e instigar al uso y el porte y la posesión de armas de fuego, a saber: ametralladoras y dispositivos destructivos durante y en relación con, o poseer armas de fuego, incluidas las ametralladoras y los dispositivos destructivos en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos de la que se le señala en el cargo uno de la acusación de reemplazo y ayudar e instigar a la misma.
Cargo III detallado: conspiración para usar o portar armas de fuego incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos, durante y en relación con, o poseer armas de fuego incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos, en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos.