03/12/2025
06:55 AM

San Pedro tiene el primer centro de reinserción social y laboral

Los exreclusos enfrentan una difícil situación al recobrar su libertad.

    San Pedro Sula, Honduras.

    El sueño de la Pastoral Penitenciaria de tener un taller para formar, capacitar y dar seguimiento a personas privadas y exprivadas de libertad o en conflicto con la ley es una realidad.

    Han sido años de esfuerzo, sacrificio, de tocar puertas, pero ayer se inauguró la primera fase del centro en un predio de la Diócesis de San Pedro Sula con el apoyo económico de Organización Internacional de Derechos para el Desarrollo (Idlo.)

    La coordinadora de la Pastoral Penitenciaria, Zobeyda Mendoza, dice que con la primera etapa del centro se dará oportunidad a las personas privadas de libertad para que reciban acompañamiento sicológico y espiritual.

    Los exprivados ya tienen un espacio para prepararse para la vida laboral y social.

    A juicio de Mendoza, con proyectos como este se contribuye a bajar los índices de violencia en el país porque las persona con trabajo y con una remuneración lícita no serían reincidentes.

    Reos
    Así son las instalaciones del taller de formación para privados y exprivados de libertad, ubicadas en Las Acacias.


    “Trabajamos con procesos, y la pastoral avala los trabajos durante dos meses para luego reinsertarlos a la sociedad y sus familias”, dijo.

    La pastoral trabaja con los penales de Támara, El Progreso, Tela, Puerto Cortés y El Porvenir.

    La forma de apoyar el proyecto es contribuir en la compra de artículos o solicitar los servicios que los exreos realizan como elaboración de camarotes y estructuras de metal, pupitres, carpintería, ropa de cama y cortinas.

    “Nosotros iniciamos en 1998 y nuestro trabajo ha sido velar por la dignidad y rehabilitación del privado de libertad”, enfatizó.

    El obispo Ángel Garachana explicó que es el primer centro de reinserción que se ha hecho. “Se trabajaba dentro de los centros penales y ahí constatábamos que muchos privados cuando salen se encuentran en dificultades, sin empleo, sin acogida y desde esa preocupación se comenzó a trabajar para que el centro fuera una realidad.

    Explicó que se tiene que recordar que estas personas pierden su libertad pero no su dignidad.

    Manifestó que a través del Infop, un grupo de exprivados culminaron su preparación como carpinteros y son jóvenes que tenían sentencia conmutable y a los que la iglesia les apoyó.

    En el evento estuvieron presentes representantes de distintas organizaciones.