San Pedro Sula, Honduras.
Hace varios años que en la ocho calle de la colonia Santa Rosa, en el segundo anillo periférico de San Pedro Sula, dejaron de funcionar algunos negocios. Además, quedaron unas casas abandonadas que ahora se han convertido en ruinas.
“Durante el día no hay problema, incluso hay una señora que se poner a vender baleadas en esa esquina en las mañanas y nunca la han quitado o asaltado; pero cuando se hace de noche y empieza a oscurecer es cuando se pone peligroso”, expresó Mauricio Herrera, vecino del lugar.
Según las declaraciones de los habitantes del sector, cuando el negocio y los dueños de las casas que están a la par se fueron, las propiedades quedaron cerradas. Sin embargo, poco a poco otras personas se fueron robando las puertas, vidrios y techos.
“Hasta los inodoros y lavamanos se llevaron de ahí. No sabemos a quién pertenece eso y nunca han venido a ver cómo está eso”, dijo Sarahí Ortiz, vecina de la colonia.
Ortiz añadió que en varias ocasiones han hablado con vecinos incluso de otras calles sobre lo que implica que ese lugar esté abandonado. Todos coinciden en que en las noches ven cómo personas se esconden ahí y no saben con qué intenciones y que hasta parejas de novios se meten en ese lugar.
“La solución sería que pongan seguridad permanente, pero como eso no va a pasar, la Municipalidad o la entidad competente debe ubicar a los dueños para obligarlos a sellar con bloques todo el lugar para que ya no haya escondite porque hasta basura y animales muertos vienen a dejar ahí”, concluyó Ortiz.
Hace varios años que en la ocho calle de la colonia Santa Rosa, en el segundo anillo periférico de San Pedro Sula, dejaron de funcionar algunos negocios. Además, quedaron unas casas abandonadas que ahora se han convertido en ruinas.
“Durante el día no hay problema, incluso hay una señora que se poner a vender baleadas en esa esquina en las mañanas y nunca la han quitado o asaltado; pero cuando se hace de noche y empieza a oscurecer es cuando se pone peligroso”, expresó Mauricio Herrera, vecino del lugar.
Según las declaraciones de los habitantes del sector, cuando el negocio y los dueños de las casas que están a la par se fueron, las propiedades quedaron cerradas. Sin embargo, poco a poco otras personas se fueron robando las puertas, vidrios y techos.
“Hasta los inodoros y lavamanos se llevaron de ahí. No sabemos a quién pertenece eso y nunca han venido a ver cómo está eso”, dijo Sarahí Ortiz, vecina de la colonia.
Ortiz añadió que en varias ocasiones han hablado con vecinos incluso de otras calles sobre lo que implica que ese lugar esté abandonado. Todos coinciden en que en las noches ven cómo personas se esconden ahí y no saben con qué intenciones y que hasta parejas de novios se meten en ese lugar.
“La solución sería que pongan seguridad permanente, pero como eso no va a pasar, la Municipalidad o la entidad competente debe ubicar a los dueños para obligarlos a sellar con bloques todo el lugar para que ya no haya escondite porque hasta basura y animales muertos vienen a dejar ahí”, concluyó Ortiz.
