Después de permanecer por más de un mes sin ningún pariente en estado parapléjico en un hospital de New York, Rubén Pineda, de 43 años, pudo regresar ayer esta ciudad.
Su hija Suany fue quien gestionó su retorno en las oficinas locales del despacho de la primera dama, Rosa Elena de Lobo.
La joven contó que su papá laboraba en esa ciudad como técnico de aires acondicionado y a que inicios del mes de marzo se comunicó con ella para contarle que su salud estaba muy deteriorada.
Dijo que a los pocos días de esta comunicación su papá fue internado en uno de los hospitales de Nueva York, de donde lo estaban sacando porque ya se le había vencido el tiempo.
“Si eso sucedía iba a quedar a la deriva en Estados Unidos porque no tenemos más familiares allá”.
Autoridades gubernamentales lo recibieron ayer en el aeropuerto Ramón Villeda Morales.
El comisionado presidencial para la zona norte, Emil Hawitt, informó que debido a la situación en que Pineda estaba, ya que no tenía ningún familiar que lo asistiera en sus necesidades, la primera dama al conocer el caso lo priorizó y le ordenó al cónsul hondureño en Nueva York que agilizara el regreso de Rubén Pineda al país.
El doctor Alan Sabillón, del despacho de la primera dama en San Pedro Sula, explicó que la paraplejia de Pineda se la provocó una enfermedad conocida como encefalitis, una infección cerebral que trastorna la parte motora del movimiento del cuerpo y al mismo tiempo genera dificultades.