La última vez que visité Izopo tuve la suerte de viajar con Carlos Colón y Fausto “La Ciencia”; guías y capitanes de lancha especializados en recorridos por Punta Izopo y Punta Sal, respectivamente. ¡Extraordinarios guías!
Cielos inmensos y azules cubren de paz el apacible humedal de Punta Izopo.
Orquídeas sin nombre para este autor aparecen aquí y allá, constantemente, en los árboles del parque.
El centro de visitantes en río Plátano es el punto de entrada a Izopo.
Largas y fuertes raíces del mangle rojo provocan obstáculos inesperados para el viaje en lancha.
Los murciélagos perchan cabeza abajo porque, entre otras razones, es más fácil emprender el vuelo tan solo dejándose caer.
Un mono aullador permanece atento a la llegada de los viajeros en lancha.
Un mapa elaborado por el Proyecto Procorredor nos da una idea del área del parque.