Un nuevo zafarrancho entre vendedores y policías municipales tuvo su epicentro a una cuadra del parque central, cuando los uniformados desalojaron a un grupo de comerciantes informales que con todo y estufas industriales vendían comida y otros productos a orillas de la catedral, en el costado de la 2 calle.
Desde que el corazón de la ciudad fue despejado de buhoneros en julio de 2007, nadie tiene autorización para poner sus ventas en las vías de la zona suroeste del centro de la ciudad.
Y como en toda historia hay dos versiones, los vendedores afirman que cuando se aprestaban a guardar sus cosas y marcharse a sus hogares fueron víctimas de abuso físico y verbal de los municipales.
Según los comerciantes, agentes en dos patrullas de la Policía Municipal agredieron a más de veinte buhoneros con el fin de decomisarles productos y mover los puestos fuera de la zona prohibida.
La mayoría de los vendedores reaccionaron violentamente al ver que los uniformados golpeaban supuestamente a niños, mujeres y personas de la tercera edad.
La vendedora María Guzmán aseguró que ya son cinco las veces que le golpean a su hijo y que le destruyen su puesto.
“Esto siempre lo hacen ellos. Solamente nos estamos ganado la vida honradamente y no es justo que los policías municipales vengan a golpearnos y desbaratarnos nuestros puntos de venta”, dijo Carlos Alcántara.
Walter Alexis Amaya aseguró que respondieron lanzándoles piedras a los policías.
“No golpeamos a nadie”
El director de la Policía Municipal, Julio Gonzales, explicó que en ningún momento agredieron a los vendedores.
“Lo único que hicimos fue despejar las vías porque llevaron estufas industriales para vender baleadas cerca de donde se están construyendo los baños públicos”, dijo.
Aseveró que es prohibido que los comerciantes informales hagan sus negocios dentro del parque y que los vendedores de la segunda avenida comenzaron a lanzarles piedras.
