Desde el inicio de su gobierno, el presidente Porfirio Lobo Sosa ha tenido que manejar con guantes de seda la política exterior, la que se volvió prioritaria en su gestión.
Un año entero le ha tocado luchar contra los ataques diplomáticos de países sudamericanos y organismos como la Organización de Estados Americanos, OEA, que se niegan a reconocerlo como legítimo Presidente, a pesar de ser el más votado de la historia.
Países como Estados Unidos, Colombia, Canadá, Panamá, Costa Rica y Perú, le dieron su reconocimiento automático después de observar las masivas elecciones.
Poco a poco comenzó a llegar el reconocimiento de países amigos. Lobo Sosa y su gabinete iban desenredando la madeja de la complicada política exterior en la que se encontraba Honduras al momento de su investidura; sin embargo, dejaba a lo lejos la problemática interna.
A la fecha, 92 países reconocen el Gobierno, a excepción de los agrupados en las alianzas del sur que domina el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Pepe Lobo se mantuvo sumergido en el reconocimiento internacional todo 2010, pese a que en reiteradas ocasiones aseguró dejar el proceso a un lado para ocuparse de la problemática interna.
El eje principal de su mandato fue la reconciliación con la comunidad internacional que ha llevado a su efectividad de la mano de su secretario de Relaciones Exteriores, Mario Canahuati.
Unidad y reconciliación
El reconocimiento de algunos países llegó “amarrado” y el Presidente tuvo que cumplir su segunda promesa: un gobierno de unidad y reconciliación nacional.
Para realizar tal promesa, Lobo Sosa cedió algunas Secretarías de Estado y direcciones a miembros de los restantes partidos políticos para dar a conocer que estaba con toda la intención de cumplir uno de los 6 ejes fundamentales a cabalidad en su primer año: el gobierno de unidad y reconciliación.
Colocó en dependencias estratégicas a miembros de otros partidos políticos, por ejemplo: Bernard Martínez, del Partido de Innovación y Unidad, Pinu, en la secretaría de Cultura, Artes y Deportes; Felícito Ávila, del Partido Demócrata Cristiano, DC, en la secretaría de Trabajo; Jacobo Regalado, del Partido Liberal, en la secretaría de Agricultura y Ganadería y César Ham del Partido Unificación Democrática, UD, en la dirección del Instituto Nacional Agrario, INA.
Los nacionalistas, correligionarios de Lobo Sosa no lo podían creer; no obstante, el Presidente tenía promesas por cumplir.
Conflictos por clientelismo político vendrían después. El 4 de mayo de 2010, el mandatario estaba dando cumplimiento al Acuerdo Tegucigalpa/San José, (firmado por representantes del gobierno interino de Roberto Micheletti y del destituido Manuel Zelaya), con la instalación de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.
El Poder Ejecutivo tiró la casa por la ventana para la instalación de la Comisión, integrada por tres extranjeros y dos hondureños, los que aún trabajan en el informe que esclarecerá lo ocurrido antes, durante y después del 28 de junio de 2009.
“Instalamos esta Comisión de la Verdad porque es necesario que se esclarezcan los hechos, que se identifiquen los actos que condujeron a la situación de crisis y llegar a conclusiones que permitan que no se repitan jamás”, manifestó Lobo Sosa el día que su gobierno instaló la Comisión de la Verdad con la presencia del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
Primeras promesas
Aunque Lobo Sosa se mantuvo enfrascado en problemas políticos, cabe destacar que la aprobación del Plan de Nación y el otorgamiento del Bono 10,000, son las únicas dos promesas que el Presidente ha logrado comenzar a cumplir en 2010.
El Plan de Nación se viene analizando desde 1998 pero es hasta el gobierno de Lobo Sosa que se hace realidad su aprobación. Aunque no está puesto en marcha en su totalidad, ya se conocen algunos aspectos que los creadores del Plan de Nación han considerado importantes como su primer objetivo que es erradicar la pobreza extrema; ciudadanos educados, sanos y con sistemas de previsión social para 2022.
En 2010 el Plan de Nación arrancó con la socialización y elaboración del Presupuesto General de la República, en donde se descentralizó por región, según explicaciones del Ministerio de Comunicaciones del Gobierno.
En su toma de posesión, el Presidente Lobo pidió que la Visión de País se desarrolle en el Plan de Nación, en el que se ha regionalizado el territorio nacional en función a las cuencas hidrográficas, capacidades y necesidades de cada población.
Las regiones son: Valle de Sula, Valle de Leán, la Biosfera, la cuarta región la componen las cuencas de los ríos Choluteca, Goascorán, Nacaome, Negro y Sampile y la quinta región es la del río Lempa.
Otro de los logros del gobierno de Lobo Sosa es el comienzo del otorgamiento del Bono 10,000 a familias de bajos recursos económicos de Honduras.
Ahora, cada vez que el presidente viaja a las zonas rurales del país, lleva buenas noticias para las familias, en especial a las jefas de hogar a quienes se les otorga un bono anual de 10,000 lempiras (833 lempiras mensuales).
El Presidente lanzó el Bono 10,000 el 21 de marzo de 2010 en Camasca, Intibucá. El monto del proyecto es de $40 millones financiados por el Banco Mundial a fin de beneficiar a unas 600,000 familias ubicadas en 1,047 aldeas en extrema pobreza de Honduras.