San Pedro Sula, Honduras.
Cansados están los vecinos de la colonia La Puerta número 2 de esperar proyectos que mejoren su calidad de vida.
La comunidad ubicada en el suroeste de la ciudad fue fundada hace más de 25 años y la habitan 480 familias.
Emérita Fernández, presidenta del patronato, dice que tienen varios años de solicitar a las autoridades municipales que intercedan para la creación de los proyectos básicos; pero no han obtenido respuestas.
“Aquí no tenemos aguas negras. La gente ya no sabe dónde abrir hoyos para hacer sus necesidades físicas. En los últimos años he ido constantemente a Aguas de San Pedro y no me han dado respuestas”, manifiesta.
René Zuñiga, vicepresidente del patronato, refiere que debido a que tampoco cuentan con un sistema de aguas lluvias. Cuando las precipitaciones caen buscan su cauce sobre las vías, lo que las dañan seriamente.
“Nos urge la instalación de los sistemas de servicios básicos. Aquí residen más de 2,500 personas que no tienen condiciones adecuadas mínimas”, apunta.
Humberto Torres, tesorero del patronato, alega que también no tienen suficiente agua. “Tenemos agua potable porque en el período de Rafael Leonardo Callejas nos aprobaron un proyecto pequeño que consiste en sacar agua de la montaña por unas mangueras. Este sustento muchas veces es insuficiente y nos falta el agua”, relata.
Jorge Coello, fiscal del patronato, afirma que el alumbrado eléctrico no funciona en su mayoría.
“Casi todos los focos del alumbrado público están quemados. Por las noches estamos a oscuras en la colonia. Pedimos a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica que venga a revisar”, expresa.
Marco Arita dice que en un principio la comunidad fue constituida como una invasión, pero en 2011 se solicitó la expropiación de los terrenos que se concretó en junio de 2012 en Consejo de Ministros.
“Los terrenos son nuestros, pero no nos han entregado las escrituras. Pedimos al Gobierno que interceda”, concluye.
Cansados están los vecinos de la colonia La Puerta número 2 de esperar proyectos que mejoren su calidad de vida.
La comunidad ubicada en el suroeste de la ciudad fue fundada hace más de 25 años y la habitan 480 familias.
Emérita Fernández, presidenta del patronato, dice que tienen varios años de solicitar a las autoridades municipales que intercedan para la creación de los proyectos básicos; pero no han obtenido respuestas.
“Aquí no tenemos aguas negras. La gente ya no sabe dónde abrir hoyos para hacer sus necesidades físicas. En los últimos años he ido constantemente a Aguas de San Pedro y no me han dado respuestas”, manifiesta.
René Zuñiga, vicepresidente del patronato, refiere que debido a que tampoco cuentan con un sistema de aguas lluvias. Cuando las precipitaciones caen buscan su cauce sobre las vías, lo que las dañan seriamente.
“Nos urge la instalación de los sistemas de servicios básicos. Aquí residen más de 2,500 personas que no tienen condiciones adecuadas mínimas”, apunta.
Humberto Torres, tesorero del patronato, alega que también no tienen suficiente agua. “Tenemos agua potable porque en el período de Rafael Leonardo Callejas nos aprobaron un proyecto pequeño que consiste en sacar agua de la montaña por unas mangueras. Este sustento muchas veces es insuficiente y nos falta el agua”, relata.
Jorge Coello, fiscal del patronato, afirma que el alumbrado eléctrico no funciona en su mayoría.
“Casi todos los focos del alumbrado público están quemados. Por las noches estamos a oscuras en la colonia. Pedimos a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica que venga a revisar”, expresa.
Marco Arita dice que en un principio la comunidad fue constituida como una invasión, pero en 2011 se solicitó la expropiación de los terrenos que se concretó en junio de 2012 en Consejo de Ministros.
“Los terrenos son nuestros, pero no nos han entregado las escrituras. Pedimos al Gobierno que interceda”, concluye.