El cambio climático y la indiferencia de las autoridades gubernamentales vuelven cada días más difícil la pesca artesanal en el departamento de Colón.
Desde hace más de cinco años, alrededor de 300 pescadores vienen luchando para poder sobrevivir en su oficio. “Debido a las limitantes, muchos han optado por dedicarse a otra actividad”, dijo, Ronald Moncada, director de la Dirección Regional de Pesca Artesanal, Digepesca.
Los pescadores buscan el apoyo del Estado u Organizaciones no Gubernamentales para conseguir otro tipo de embarcación que permita navegar mar afuera para aprovechar el recurso que hay en los bancos de pesca y que están siendo aprovechados por los pescadores industriales.
“El cambio climático ha influido a que las especies se vayan retirando, así como la sobrepesca del sector, son causas que están afectando, pero esto se tiene que contrarrestar optando por otras medidas, buscando alternativas para mejorar el nivel económico de ellos”, dijo Moncada.
Esta actividad a la que por años se han dedicado a tiempo completo miles de familias de la zona, en la actualidad ya no resulta rentable, “comenzando porque el costo de producción se ha elevado debido a los incrementos que reciben los carburantes lo cual repercute en los pescadores que se ven impotentes para realizar sus faenas”, explicó.
Una de las necesidades que en tierra firme encuentran los pescadores artesanales es la estabilidad del mercado, donde es necesario mejorar la cadena de comercialización en la zona.
Pescadores de Trujillo, Limón, Balfate, Santa Fe, Iriona y Santa Rosa de Aguán viven la misma realidad, para poder superar esta situación demandan de embarcaciones más fuertes que les permitan poder navegar a sitios donde les es imposible llegar con lanchas y cayucos.
