Menos palma aceitera, más bananos, más granos básicos y rubros que causan un menor impacto ambiental deben cultivar los hondureños para enfrentar los desafíos que, inevitablemente, impone el cambio climático.
A esta conclusión ha llegado el científico hondureño Carlos Gauggel, quien, por ser jefe del laboratorio químico agrícola y residuos de análisis de plaguicidas de la Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (Fhia), tiene el conocimiento sobre la vocación de los suelos hondureños.
Este laboratorio, ubicado en La Lima, Cortés, ha sido designado por el Gobierno como Centro Nacional de Suelos dentro del Plan Maestro de Agua, Suelo y Bosque (Plan ABS) que desarrolla con el objeto de proteger los recursos naturales. “Hay cultivos que, estoy seguro, llegaron al límite. Tierras para esos cultivos ya no hay y un ejemplo es la palma aceitera. Ya no debe cultivarse más”, dijo Gauggel, quien ha trabajando en países asiáticos donde el cultivo de la palma ha dejado saldos negativos al ecosistema.
Este científico advierte que “cuando caigan los precios del aceite de la palma y nos veamos en la necesidad de convertir y recuperar estos suelos para producción de granos básicos, el país no podrá porque tendrá que hacer un gran gasto”.
| El laboratorio de la Fhia analiza muestras de suelo y tejido vegetal que proceden de plantaciones agrícolas de todo el país. Al mismo tiempo, asiste a la industria hondureña con análisis de agua, productos alimeticios, pinturas, plásticos y otras materias.
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“Debemos cultivar granos básicos para ser autosuficientes. No debemos recurrir a las importaciones de comida. A la vez, debemos tener la versatilidad para exportar café. Debemos reactivar el rubro del banano que ha decaído mucho y tiene buenos precios”, aconseja.
La Fhia, fundamentada en ese laboratorio, recomienda y promueve, además, el cultivo de hortalizas y productos orgánicos que son demandados por nichos en mercados de Europa.
Con el apoyo financiero del Gobierno de Canadá, entre 2010 y 2017 desarrolló el proyecto Promoción de sistemas agroforestales de alto valor con cacao en Honduras en 61 municipios de Colón, Atlántida, Cortés, Yoro, Santa Bárbara, Copán, Ocotepeque y Comayagua, departamentos que reúnen las condiciones (climáticas y de suelo) para cultivarlo.
En ese período, esa institución logró que más agricultores se sumaran a este negocio y, de este modo, agregó 2,776 nuevas hectáreas de cacao, de las cuales 654.49 son cultivadas por mujeres.
| El 45% de las muestras examinadas son del sector agrícola y el 55% del industrial.
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En los próximos meses, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), la Fhia, la Universidad Agrícola Panamericana de Zamorano y la Dirección General de Ordenamiento Territorial (DGOT) crearán un mapa que indicará las zonas aptas para cada rubro agrícola de consumo interno y exportable.
| Claves para la agricultura
1. El café es un pilar de la agricultura
Según el Banco Central de Honduras (BCH), dentro de la actividad agroindustrial, los productos que mayores ingresos generaron en el primer trimestre de 2017 son el café ($636.0 millones), aceite de palma ($97.7) y camarones ($45.3).
2. Otros productos agrícolas potenciales
El sector agrícola genera divisas por exportación de piñas ($27.2 millones), legumbres y hortalizas ($89.7), melones y sandías ($53.3), según el BCH. Estos tienen impacto mínimo en el ambiente.
3. El plan goza de apoyo internacional
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) apoyará a Honduras con $30 millones de dólares en los próximos 5 años para desarrollar el Plan Maestro de Agua, Suelo y Bosque. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aportará $25 millones.
4. Complemento del Plan Honduras 20/20
El Plan Maestro de Agua, Suelo y Bosque es un complemento del Programa Nacional de Desarrollo Económico Honduras 20/20 que tiene como objeto generar 600,000 empleos.
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Estas entidades, que participaron en la formulación del Plan ABS, son, desde ya, las responsables de desarrollar la estrategia de protección y uso racional del suelo con la participación de la sociedad civil y gobiernos locales.
La Fhia, mediante el laboratorio, proveerá la información de los suelos que tienen registrada desde 1903 de gran parte del territorio nacional.
Muestras. Cada mes, este laboratorio recibe un promedio de 230 muestras de tierra enviadas por agricultores de diferentes partes del país para que practique los análisis y presente recomendaciones partiendo de las características encontradas.
Además, registra ingresos mensuales de 166 muestras de tejido vegetal que son examinadas por los expertos para establecer si las plantas de los cultivos están absorbiendo los nutrientes.
Entre estas, “el número de muestras que nos entran para hacer recomendaciones para cultivo de granos básicos es el menor. Eso nos da una idea de que no están usando tecnología para autoalimentación”, dijo Gauggel.
Servicio
Los agricultores de cualquier punto del país pueden enviar muestras de sus tierras a la Fhia por medio de cooperativas y otras organizaciones comunales con las cuales mantiene una relación.
Los precios que deben pagar los agricultores son bastante bajos, dado a que la Fhia es una organización si fines de lucro.
Empresas comercializadoras de fertilizantes que apoyan a agricultores también recolectan las muestras y las llevan al laboratorio para detectar los nutrientes del suelo.
“Con la información que nos proveen en el laboratorio podemos dar recomendaciones a los agricultores para fabricar un fertilizante hecho a la medida para que el cultivo ofrezca los mejores resultados”, dijo Ricardo España, agrónomo del Grupo Cadelga-Fertica, quien llevó un lote de muestras.
El laboratorio, igualmente, recibe muestras de tejido vegetal para detectar trazas de plaguicidas y garantizar científicamente que los productos son orgánicos.