06/12/2025
01:31 AM

'No me vuelvo a ir a Estados Unidos”, dicen madres hondureñas deportadas

Las familias que emigran a Estados Unidos lo hacen pensando en un mejor futuro para sus hijos, según sus testimonios.

San Pedro Sula, Honduras.

A Victoria Córdova y María Caballero el destino las juntó en el albergue de McAllen, Texas. Ellas hicieron su viaje de retorno juntas y aunque son de distintos departamentos de Honduras, tienen algo en común: son madres dispuestas a dar todo por sus hijos.

Ese sacrificio y el afán de darles un mejor porvenir las llevó a emprender la travesía hacia el país del norte guiadas por “coyotes”. Al igual que a muchos, les tocó pasar hambre, sed, frío y lo peor exponiendo sus vidas y las de sus hijos.

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Lograron el cometido de pisar suelo norteamericano, pero en la frontera se entregaron a Migración. Según ellas, se fueron de Honduras motivadas por el rumor de que a las madres que llegaban con sus hijos les darían un permiso especial para estar en ese país. María alistó sus maletas en Petoa, Santa Bárbara, y empacó lo que pudo de Carlitos, su hijo de cuatro años. Lo que más ansiaban era ver a su esposo Mario Cardona que trabaja como constructor desde hace año y medio en Estados Unidos.

Victoria, en una colonia capitalina, también hacía lo mismo y se preparó con su pequeña Génesis de 9 años para empezar la travesía. Sus vivencias son las mismas y ayer cuando retornaron a Honduras sus rostros reflejaban impotencia, frustración y hasta malestar.

“No me vuelvo a ir”, decía María mientras observaba a su pequeño jugar con una bomba roja que le dieron en el recibimiento que les ofreció el Gobierno ayer.

Lo mismo repite Victoria cuando compra su pasaje para retornar a la capital “No me vuelvo a ir”. Ambas fueron llevadas con otras familias a la Central Metropolitana, de donde partieron a sus lugares cargando las bolsas de provisiones que les dieron.

María tuvo la suerte de que sus parientes llegaron a traerlas a la terminal; en cambio, Victoria compró su pasaje para volver a la capital. Las madres confían en que la primera dama cumpla con incluirlas en los programas sociales en los que les prometieron esas oportunidades que buscaban en Estados Unidos.