Aleksandr Linares no es hondureño de nacimiento, pero por sus venas corre sangre catracha.
Él estaba en el epicentro del ataque del Ejército ruso en Kiev, capital de Ucrania, pero abandonó la ciudad para poner a salvo a su madre Liena y a su esposa, Mariia, con quien se casó en octubre del año pasado.
“Desde ayer estoy fuera de la capital. Ahorita estoy en un lugar más o menos calmo. Aquí estoy bien, confío en nuestro Ejército. Los rusos no esperaron aquella (aquel) nivel de resistencia. El quinto Ejército del mundo, que son rusos, pierde la guerra a un casi dos veces menos grande Ejército, pero es el Ejército muy enojado y motivado”, escribió con un español bastante fluido en el grupo familiar de WhatsApp.
Su tía Angie Linares conversó con LA PRENSA sobre la angustia e incertidumbre que les da saber la situación del joven fotógrafo y su familia, quien abandonó la capital; pero no puede salir del país en vista de la ley marcial que indica que todos los hombres entre 18 y 60 años deben estar disponibles para integrarse a labores de combate en tiempos de guerra.
“El plan original antes de que la situación se pusiera más difíciles es que se fuera a España. Allá viven dos de mis hermanas, pero luego ya no se podía”, contó la tía.
Aleksander Linares es hijo de Manuel Linares, un nicaragüense de padre hondureño que viajó en la década de los 80 para estudiar en Rusia, país donde conoció a la madre de Aleksander, y que falleció el año pasado a causa del covid-19. El lazo hondureño que los une fue su abuelo Adolfo Linares, un militar de origen ceibeño que fue asignado a labores en Nicaragua.
Chef y misionero, a salvo
El primer hondureño del que se confirmó identidad y que ya está a salvo es el chef sampedrano Jorge Baldemar Grande Ordóñez (de 32 años). Junto con su esposa ucraniana Lena Verbytska y sus perros Teя y Chapo lograron ponerse a salvo.
Grande residía en la ciudad de Iviv, Ucrania, desde hace más de ocho meses y donde estaba especializándose en gastronomía.
El canciller hondureño Eduardo Enrique Reina confirmó a LA PRENSA que Grande Ordóñez junto con su esposa lograron salir hacia Polonia.
Reina también confirmó que hay un segundo hondureño en suelo ucraniano. De él se sabe solo que es un misionero de la Iglesia católica. “La información que tenemos es que estaba en un convento y decidió no abandonar Ucrania”.
Éxodo
Se estima que desde el inicio de las hostilidades, alrededor de 400,000 ucranianos ya abandonaron su país, en su mayoría en dirección a Polonia; mientras que los Estados miembros de la Unión Europea discuten ahora una respuesta coordinada al desafío.
Con temperaturas bajo cero por la noche, la gente necesita sobre todo ropa de abrigo, gorros, guantes, pero también ropa para niños. Una vez franquean la frontera, los refugiados pasan a cargo de miembros de su familia o compatriotas que viven en Polonia (hay un millón de ucranianos viviendo en este país) o por voluntarios autóctonos.