Choluteca, Honduras.
Tres de los cuatro jóvenes que aseguran que fueron torturados por militares asignados al cerro Cuculmeca presentaron la denuncia formal ante la Fiscalía y Comisionado de Derechos Humanos.
El temor por sufrir alguna represalia los mantuvo en silencio durante 15 días, hasta que decidieron narrar lo que acontece en la mina de San Juan Arriba.
Uno de los afectados venció el temor y narró los hechos ante la delegada del Comisionado de Derechos Humanos, personal de la Dirección Nacional de Investigación Criminal y Ministerio Público.
“Yo llegué a sentir que me moría porque ya no tenía respiración, pasaron unos seis minutos con mi rostro envuelto con mi camisa y soportando el agua sucia que me tiraban sobre la cara”, declaró Evis Arkelao Rueda Muñoz, uno de los agraviados.
El hecho, de acuerdo con Rueda Muñoz, sucedió hace dos semanas, luego que un grupo de 28 mineros decidieran ingresar a la mina sin pagarles a los uniformados asignados a la zona.
“Fuimos cuatro personas las que sufrimos las torturas, pero en este momento solamente tres nos hemos atrevido a denunciar”, agregó.
Después de las agresiones, según el denunciante, los militares les imponían como castigo hacer culucas y pechadas con sacos de broza en la espalda.
Tres de los cuatro jóvenes que aseguran que fueron torturados por militares asignados al cerro Cuculmeca presentaron la denuncia formal ante la Fiscalía y Comisionado de Derechos Humanos.
El temor por sufrir alguna represalia los mantuvo en silencio durante 15 días, hasta que decidieron narrar lo que acontece en la mina de San Juan Arriba.
Uno de los afectados venció el temor y narró los hechos ante la delegada del Comisionado de Derechos Humanos, personal de la Dirección Nacional de Investigación Criminal y Ministerio Público.
“Yo llegué a sentir que me moría porque ya no tenía respiración, pasaron unos seis minutos con mi rostro envuelto con mi camisa y soportando el agua sucia que me tiraban sobre la cara”, declaró Evis Arkelao Rueda Muñoz, uno de los agraviados.
El hecho, de acuerdo con Rueda Muñoz, sucedió hace dos semanas, luego que un grupo de 28 mineros decidieran ingresar a la mina sin pagarles a los uniformados asignados a la zona.
“Fuimos cuatro personas las que sufrimos las torturas, pero en este momento solamente tres nos hemos atrevido a denunciar”, agregó.
Después de las agresiones, según el denunciante, los militares les imponían como castigo hacer culucas y pechadas con sacos de broza en la espalda.
