Centenares de amas de casa utilizan todo tipo de trasto para captar agua lluvia que cae del techo para paliar la falta de ese recurso que desde el fin de semana escaseó en cerca de diez barrios y colonias de El Progreso.
El problema se presenta luego que desde el fin de semana anterior en el municipio y en especial en la montaña Mico Quemado comenzara a llover todos los días, provocando deslizamiento y asolvamiento de tierra en la represa El Salto que maneja el Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillado (Sanaa).
Glen Gutiérrez, jefe de proyectos y control de pérdidas de la empresa, informó que debido a las tormentas es alta la turbidez en la fuente del río Pelo, que nace en la montaña.
El equipo solo tiene capacidad para tratar 400 niveles de sólidos en suspensión, pero estos han superado los mil, lo que resulta imposible para la planta, puesto que la colapsaría.
Entre los sectores afectados por la escasez están las colonias Jensen Juin, Mangandí, Corocol, El Barro, Bendeck, Los Ángeles entre otros ubicados en la parte alta de la ciudad. Eso comprende más del 50% de los abonados del Sanaa que da el servicio a más de 12,000 viviendas en la Perla del Ulúa.
Servicio
Gutiérrez agregó que el resto de la población recibe el agua de bombas succionadoras que operan con energía eléctrica.
En estas zonas también se han enfrentado problemas, con las tormentas se disparan los circuitos y dejan fuera de operación esos equipos. Agravando más la situación.
“Con el fin de evitar que en invierno se siga presentando ese tipo de deficiencias en el equipo de tratamiento, ya gestionamos fondos a nivel central para tratar de adquirir una nueva planta con mayor capacidad. Se nos ha informado que ya está el donante para ayudar en esa obra”, explicó.
Otra salida sería la construcción de otra represa en la quebrada Camalote en la fuente conocida como La Corbata, siempre en la parte alta de la montaña. En esa invertirían 60 millones de lempiras.
Personal del Sanaa trabaja en reparación de redes que han resultado dañados por las corrientes en varias quebradas de la ciudad.
Pero las lluvias no solo afectan a la estatal. Otros que han reportado trastorno en la entrega de agua potable son los administradores de varios sistemas en la zona rural.
Adán Nataren, miembro de la junta de ese líquido en Agua Blanca Sur, dijo que ellos ha sufrido destrucción de tubería.
Luisa Palma, abonada del Sanaa, dijo “ya es hora que se busque una solución definitiva al problema de la escasez”.