A trece años de la muerte de Lady Di que se cumplen el próximo martes siguen revelándose secretos sobre “la princesa triste”.
La princesa Diana fue una mujer que buscó desesperadamente el amor durante su vida y la muerte la sorprendió junto a la persona a la que amaba. Esta paradoja siempre formó parte de su destino, el desgraciado fatalismo de una princesa que nunca logró alcanzar la felicidad deseada.
La mayoría de los biógrafos coinciden en afirmar que cuatro fueron los hombres que marcaron el corazón de la princesa de Gales: Carlos, su esposo; el mayor del Ejército inglés James Hewitt, quien fuera su instructor de equitación; el cardiólogo paquistaní Hasnat Khan y Dodi Al Fayed.
El príncipe Carlos
Desde muy pequeña, Diana sufrió por parte de sus padres complejo de inferioridad respecto a su hermano, el heredero de la familia.
Cuando nació y ellos vieron a su tercera hija, en lugar del niño que habría de tomar el título de conde de Althorp, no pudieron ocultar su decepción.
Por eso, Diana Frances siempre fue una niña tímida y cándida, ávida de cariño. Expertos en psicología y cronistas de la princesa están de acuerdo en afirmar que, debido a ello, Lady Di siempre pecó de un exceso de confianza en cualquiera que le demostrara afecto e interés por ella.
Éste fue el caso de Carlos de Inglaterra. Diana conoció al príncipe de sus sueños como el novio de su hermana. Ella se encontraba en un internado de Suiza y tenía 16 años. Seguramente entonces jamás pensó que aquel que se citaba con su hermana Sarah terminaría siendo el padre de sus hijos. Él en cambio, parece que sí se interesó por ella, y dos años después empezaron a verse con frecuencia.
El príncipe Carlos no parecía tener prisa por casarse. Con frecuencia se le relacionaba con diferentes jóvenes aristócratas inglesas, y al cumplir los treinta años, la presión para que tomara esposa se hizo más notable.
Cuando Diana comenzó su “noviazgo real” ella tenía 19 y algunos apuntan a que su gran sentido compasivo fue lo que la llevó a enamorarse de él, además de la importancia que cobraría al convertirse en la princesa de Gales.
Cuando se casaron, ella estaba a punto de cumplir 20 años y él tenía 34. Las fotos de una joven y enamorada Diana besando al príncipe heredero al trono británico dieron la vuelta al mundo; pero pronto la realidad destrozaría el cuento de hadas.
Tras el nacimiento de su segundo hijo, Enrique, comenzó un gran distanciamiento entre ellos.
Él estaba enamorado de su amiga y confidente de toda la vida, Camilla Parker-Bowles; y Diana, convencida de que vivía “un matrimonio de tres”, según confesó en su famosa entrevista a la BBC de 1995, buscó refugio en los brazos de su entrenador de equitación.
James Hewitt
“Sí, lo adoraba, estaba enamorada de él”, confesaba una atribulada Diana en una entrevista. Diana conoció al joven mayor del Ejército James Hewitt, su instructor de equitación, en 1986, dos años antes de que naciera su segundo hijo, Enrique, lo que llevó a muchos medios a especular si el pequeño príncipe sería verdaderamente hijo de su esposo.
Al parecer, su relación no empezó hasta 1987 y terminó en 1992. Al final, como muchos otros, James Hewitt sacó partido a su relación, y después de retirarse publicó un libro de sus memorias al respecto: J. Hewitt y Diana de Gales: nuestro amor prohibido.
También su cardiólogo
Según el famoso relacionista público británico Max Clifford, el verdadero amor de Lady Di fue el cardiólogo paquistaní Hasnat Khan que residía en Londres.
Su relación comenzó en 1995, cuando la princesa ya se había separado de Carlos. Se conocieron durante las frecuentes visitas que Diana realizaba al Hospital Royal Brompton para apoyar a los enfermos.
Ella pasaba mucho tiempo con el cardiólogo y él quedó fascinado por su sentido compasivo y su entrega a los demás. Sin embargo, él terminó rechazándola porque no soportaba su fama y la presión de los medios que conllevaba estar junto a la princesa.
Dodi Al Fayed
Sobre el millonario de origen egipcio, Max Clifford afirma que “a Diana le encantaba que ellos, la familia real, odiaran esa relación y había llegado a una etapa en la que era más importante vengarse que estar enamorada”.
Sea esto verdad o no, lo cierto es que Diana pasó las últimas semanas de su vida a su lado, disfrutando del mar y del sol a bordo de su yate frente a la costa de Saint Tropez. Él la había invitado a ella y a sus hijos.
El heredero del imperio Harrods, hijo del multimillonario Mohamed Al Fayed, y Lady Di se conocieron en 1986, durante un partido de polo en el que el equipo de Dodi se enfrentaba al del príncipe Carlos.
En el verano de 1997, más de diez años después, Diana tenía 36 años y Dodi 42. Ambos estaban divorciados y su fortuna era equivalente.
La amistad había dado paso al amor, y aunque su relación fue efímera -nació y murió ese mismo verano- muchos presumen que al fin la “princesa triste” había encontrado el verdadero amor tras su separación de Carlos.