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Listo El Pozo II para recibir a más reos peligrosos

  • 27 octubre 2016 /

Tegucigalpa, Honduras.

La cárcel de La Tolva en Morocelí, El Paraíso, está lista. Las autoridades penitenciarias solo afinan los detalles para que este nuevo centro de reclusión sea inaugurado en los próximos días.

Se conoció que el recinto experimentó algunos cambios para recibir reos de alta peligrosidad, similar a la cárcel de El Pozo de Santa Bárbara.

Un equipo de LA PRENSA visitó las instalaciones de la cárcel, ubicada al oriente del país, pero las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) y los encargados de la obra se negaron a proporcionar información argumentando que el proyecto será inaugurado en dos semanas por el presidente Juan Orlando Hernández y él ofrecerá todos los detalles del mismo.

“La obra está casi lista, solo faltan detalles”, dijo escuetamente uno de los ingenieros de la obra. Añadió que no pueden ofrecer mayores detalles del proyecto porque ya se entregó un informe a las autoridades del INP y ahora serán ellas quienes deben dar la información.

Hace más de un año, LA PRENSA viajó a ver la edificación, la cual solo reportaba un avance del 15%, según dijo en aquel momento Julio Pineda, gerente del proyecto. Su finalización estaba prevista en 18 meses, pero el tiempo fue menor.

La cárcel de Morocelí está a la orilla de la calle que conduce a la ciudad de Danlí. Foto: Andro Rodríguez

El Pozo es la cárcel de mayor seguridad en Honduras.
El centro penal tendrá una capacidad para 1,340 reos, quienes estarán distribuidos en ocho módulos, divididos en iguales partes para presos de mediana y mínima seguridad. No obstante, se conoció que se hicieron algunas modificaciones para habilitar varios módulos de alta seguridad.

También el plano incluye un edificio administrativo, una sala de visitas, área de diagnóstico del reo, cocina, lavandería, una capilla y talleres para rehabilitación.

Durante la visita hecha ayer se observan las torretas y demás estructuras completamente terminadas, cuenta con un sistema de cámaras de seguridad y, además, una cancha de fútbol.

Su construcción se realizó con base en las normas internacionales similares a las de Estados Unidos, considerando espacios, funcionamientos, circuitos, puntos de vigilancia, entre otros aspectos.

Las reacciones de los vecinos de Morocelí son encontradas; en las inmediaciones de la cárcel no hay viviendas, pero algunos habitantes se mostraron descontentos.

Hasta ahora, el centro penitenciario de Ilama, Santa Bárbara, es el de máxima seguridad en el país y ya se ha trasladado a unos 56 reos peligrosos que antes estaban en los penales de San Pedro Sula, Choluteca, El Porvenir, el Primer Batallón de Infantería y el Agrupamiento Táctico Especial.

Foto: La Prensa



Proceso no se detiene

Esta semana, el presidente Juan Orlando Hernández adelantó que El Pozo II será inaugurado en los próximos días, lo que apunta que será la cárcel de la Tolva de Morocelí por ser la que está casi terminada.

“Pronto se va a entregar la cárcel de El Pozo II, luego la tres y así la cuatro, la que será construida en un lugar más aislado para que los reos no puedan tener contacto con nadie y no puedan seguir delinquiendo desde adentro”, anunció.

450
Agentes penitenciarios
Habrá en El Pozo una vez esté en su capacidad máxima. Esta cárcel cuenta con 10 módulos, pero ocho son para reclusos comunes o de menor peligrosidad.
El propósito de esta estrategia es eliminar cualquier posibilidad de llamada, mensajes u otro tipo comunicación que conlleve la intención de seguir delinquiendo desde los presidios.

“Continuamos moviéndolos, ya que lo que se busca es eliminar las llamadas que se hacían desde esos centros hacia personas ligadas a maras y pandillas para ejecutar todo tipo de actos criminales”, puntualizó.

Entretanto, Orle Solís, presidente del Comité Nacional de Prevención contra la Tortura u otros Tratos Crueles Inhumanos o Degradantes (Conaprev), manifestó que la movilización de reos a nuevos centros penitenciarios ayudará a reducir el hacinamiento que hay en la mayoría de las cárceles del país.

“En el penal de San Pedro Sula hay hacinamiento, la capacidad es de 800 privados de libertad, y ahora hay 3,099 privados de libertad”, indicó.

Resaltó que las nuevas infraestructuras, además de bajar la sobrepoblación, están enfocadas en la reinserción y rehabilitación de la persona.

Lo anterior es bien visto por los comisionados del Conaprev, pero instaron a mantener las acuerdos nacionales e internacionales enmarcados en la rehabilitación del preso.

Analizó que el hacinamiento en las cárceles es producto de que los jueces no están otorgando medidas sustitutivas a la prisión y hay una gran mora procesal porque la mayoría son reclusos procesados que no están sentenciados. “Recomendamos en primer lugar que se investigue el delito porque la mayoría de las personas son procesadas y no sentenciadas”, exteriorizó.

Otra desventaja que hay en las cárceles es el poco presupuesto para la alimentación de los reclusos, pues solo se destinan 30 lempiras diarios por recluso.