Tras casi dos meses de silencio operativo, la aerolínea Lanhsa ha comenzado a mover sus primeras fichas para reactivar su servicio aéreo.
A 50 días del trágico accidente en Roatán que dejó 12 personas muertas, la empresa convocó nuevamente a su personal, aunque aún no tiene autorización para retomar vuelos.
El subdirector de Aeronáutica Civil, Jorge Corrales, confirmó que Lanhsa está en condiciones de regresar a operaciones, pero el proceso debe cumplir varios pasos.
“Sí, pueden volver a operar, el tiempo lo van a determinar ellos. Nos dirán cuándo estarán listos para reanudar sus operaciones”, declaró Corrales, al explicar que el reinicio depende ahora de la empresa.
Sin embargo, aclaró que para volver a volar, Lanhsa deberá primero notificar oficialmente su intención, y luego someterse a un proceso técnico riguroso.
Entre los requisitos, se incluye una revisión completa del estado de sus aeronaves y la seguridad operacional. Solo después de superar estas inspecciones se les podría renovar el certificado de aeronavegabilidad.
“El chequeo de pilotos, mantenimiento de los aviones y el estado general de la operación” son aspectos clave que se evaluarán, indicó Corrales. A pesar de la reactivación interna del personal, dejó claro que “sí están autorizados para ello, pero no para volar”.
El funcionario también precisó que la entidad que representa no tiene injerencia en las compensaciones a los familiares de las víctimas. “Nosotros únicamente verificamos la aeronavegabilidad, no manejamos temas de indemnización”, puntualizó.
Aún sin informe final del accidente
El informe técnico sobre las causas del siniestro que estremeció al país aún está en proceso. Corrales adelantó que se espera tener un dictamen final hasta marzo de 2026.
El accidente ocurrió el 17 de marzo de 2025, cuando un JetStream 32 con matrícula HR-AYW cayó al mar un minuto después de despegar del Aeropuerto Internacional Juan Manuel Gálvez en Roatán, rumbo a La Ceiba. A bordo viajaban 15 personas; solo tres sobrevivieron.
Entre las víctimas se encontraba una familia completa compuesta por madre, padre y dos hijas; dos niñas que habían viajado para ver a su padre por el Día del Padre; una pareja que se dirigía al sepelio de su hijo; y el cantautor garífuna Marco Aurelio Martínez Suazo, nacionalizado estadounidense.
También falleció la ciudadana francesa Helen Odile Guibar, quien, aunque fue rescatada con vida, no logró sobrevivir a las heridas. Los únicos sobrevivientes fueron trasladados a un hospital en San Pedro Sula.
Los pilotos de la aeronave fueron identificados como Luis Araya y Francisco Lagos. Tras el siniestro, Aeronáutica Civil ordenó la suspensión de operaciones de Lanhsa por un período de 120 días mientras avanzaban las investigaciones.