La Casa Blanca inició el proceso de selección del sucesor del dimitido presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, pero numerosas voces se alzan para cuestionar el privilegio que tiene Estados Unidos para designarlo.
Los europeos, particularmente críticos con el ex halcón de la administración Bush, parecen aceptar las iniciativas de Washington en relación con dicho nombramiento. Pero varias organizaciones no gubernamentales piden que esté abierta a no estadounidenses y basada únicamente en criterios de competencia.
El ex representante para el Comercio de Estados Unidos y número dos del departamento de Estado, Robert Zoellick, fue citado por la prensa como el favorito de la administración junto al actual secretario adjunto del Tesoro, Robert Kimmitt.
El nombre de Bill Frist, ex jefe de la mayoría republicana en el Senado, también fue mencionado, a pesar de que es muy cercano a los medios conservadores estadounidenses, al igual Paul Wolfowitz. John Danfoth, ex embajador norteamericano ante la ONU, también estaría entre los potenciales reemplazantes del renunciante presidente del BM.
Circulan otros nombres, no todos estadounidenses, entre ellos el del primer ministro británico Tony Blair, próximo a dejar el cargo; el turco Kemal Dervis, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y Trevor Manuel, ministro sudafricano de Finanzas.
El portavoz de la Casa Blanca Tony Fratto subrayó que Washington esperaba que el sucesor de Paul Wolfowitz sea estadounidense y que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, dirigía las consultas para encontrarlo.
Acusado de haber pedido personalmente el ascenso de su compañera sentimental, también empleada del BM, Wolfowitz fue obligado a anunciar su renuncia el 17 de mayo tras seis semanas de crisis.
Según una regla no escrita, es el presidente de Estados Unidos quien elige al presidente del Banco Mundial. En contrapartida, los Estados europeos designan al presidente del Fondo Monetario Internacional, la otra institución nacida de los acuerdos de Bretton Woods en 1944.
'No he oído decir que los países que integran el Consejo de Administración tengan pensando poner en cuestión esta práctica', declaró el martes el portavoz del ministerio francés de Relaciones Exteriores, Jean-Baptiste Mattéi.
Las ONGs sostienen, en cambio, que la actual crisis es la oportunidad de abolir esa regla y basar el proceso de selección en el mérito antes que en la nacionalidad de los candidatos.
'Se trata de una institución multilateral, y debería haber un procedimiento multilateral para designar a su presidente', estima Bernice Romero, directora de campaña de Oxfam International.
'Estados Unidos dice que consulta ampliamente, pero eso no basta. Otros países deben dar un paso adelante y nombrar a sus candidatos', agrega.
Esta posición, compartida por el Center for Global Development, otro observador atento y respetado del Banco Mundial, está incluida en un informe de expertos solicitado recientemente por el BM y el FMI para mejorar su cooperación.
Según la comisión que lo redactó, presidida por el ex ministro de Finanzas brasileño Pedro Malan, habría que estudiar la posibilidad de que 'los dirigentes de las dos instituciones sean nombrados sobre la base del mérito antes que por el de la nacionalidad'.