13/09/2024
07:57 PM

La santa de los pobres

A una década del deceso de Madre Teresa, el 5 de septiembre de 1997, su recuerdo reconforta más que nunca a los pobres, enfermos y moribundos de Calcuta, India, a los cuales la religiosa consagró su vida.

A una década del deceso de Madre Teresa, el 5 de septiembre de 1997, su recuerdo reconforta más que nunca a los pobres, enfermos y moribundos de Calcuta, India, a los cuales la religiosa consagró su vida.

'Es más poderosa que antes', declaró a la agencia AFP la hermana Nirmala, sucesora de la Madre Teresa a la cabeza de la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta.

Vestida como su ilustre predecesora, con el famoso sari de algodón azul y blanco, la monja de 73 años asegura: 'Sentimos su presencia en todo lo que hacemos'.

'El trabajo que hizo la Madre Teresa es el de Dios. Nosotros lo continuamos gracias a las plegarias y bendiciones que nos envía desde el cielo', añade desde la sede de la congregación, ubicada en el corazón de la ex capital del Imperio británico de las Indias, ahora estado indio de Bengala Occidental.

Memoria

Nacida bajo el nombre de Agnes Gonxha Bojaxhiu en Skopje, Macedonia, el 26 de agosto de 1910, la Madre Teresa era una religiosa católica de origen albanés que llegó como novicia a India en 1929.

Tras consagrar su vida a los pobres, enfermos y moribundos de los barrios desfavorecidos de Calcuta, ciudad símbolo de la miseria en India, recibió el premio Nobel de la Paz en 1979.

El Papa Juan Pablo II la beatificó en octubre de 2003, sólo seis años después de su muerte.

Enterrada en Calcuta, obtuvo la nacionalidad india en diciembre de 1951, la célebre r

eligiosa está en proceso de ser canonizada. Sin embargo, quien se convertirá en Santa Teresa dudaba de la existencia de Dios y sufría en su fe, según revela su correspondencia publicada recientemente.

En los hogares que fundó en Calcuta su memoria está más presente que nunca.

'¡Amo a vuestra Madre!', exclama Sibani Kar, una mujer ciega y esquelética, encontrada errando por las calles tras haber sido expulsada de su casa por sus hijos. 'Necesito atención, amor y paz antes de morir', implora frente a un retrato de la Madre Teresa.

Kar, probablemente octogenaria, es una de los 105 pensionistas de la casa Nirmal Hriday, Corazón Puro, abierta en 1952. 'Es el lugar apropiado para morir en paz. Todos ellos esperan su muerte', explica su directora, la hermana M. Glenda.

'Los habitantes de la casa viven con el recuerdo de la Madre Teresa', constata también Arjun Das, de 27 años, del hogar Prem Dan, Regalo de Amor, ubicado en otro barrio desfavorecido y que acoge a 400 enfermos o personas en fase terminal.

'A los pensionistas les gusta escuchar las grabaciones de sus discursos y hablar de su vida', cuenta el joven, tuberculoso, acogido en Prem Dan cuando tenía siete años.

'La Madre Teresa vino hacia mí, puso sus manos sobre mi cabeza y me bendijo diciéndome: ‘No tengas miedo, te vas a curar’', recuerda.

Diez años después de su muerte, 'la Madre Teresa sigue aquí, la sentimos todos los días, como si estuviera en el aire', afirma Melena Pita, una voluntaria española.

En la sección masculina, los voluntarios se ocupan de 150 personas, masajeando los cuerpos de los más débiles o dando arroz y pescado a los más fuertes.

Hay una pieza reservada para los que están a punto de morir: los ancianos apenas respiran y algunos más jóvenes reclaman medicamentos para calmar su dolor. Los pacientes tienes heridas al rojo vivo que no van a cicatrizar.

Entre las mujeres el ambiente es un poco mejor: ancianas se pelean; otras más jóvenes, deficientes mentales, abrazan afectuosamente a los voluntarios.

'Sea uno o no cristiano, la caridad es universal. Todo el mundo puede aprender de la Madre Teresa', subraya Eloi Gillet, un voluntario francés.

Por la canonización

Ju

sto 10 años después, cientos de personas rezaron ante su tumba en Calcuta con la esperanza de ver a la 'Santa de los pobres' canonizada dentro de poco por el Vaticano.

'Para nosotros ya es una santa, sólo es cuestión de tiempo que el Vaticano la reconozca como tal', declaró Sunita Ekka, llegada a la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad, fundada por Teresa.

'Esperamos un segundo milagro para la canonización de la Madre. Estoy muy feliz y me siento muy agradecida al recordarla en el décimo aniversario de su muerte', declaró Sor Nirmala.

Los habitantes de la gran ciudad participaron en una procesión por la Madre Teresa y cientos de monjas rezaron en una misa ecuménica que organizó una asociación caritativa.

Dignatarios católicos, musulmanes e hindúes leyeron sus propios textos y rezaron por la armonía religiosa.

'La Madre Teresa predicó la tolerancia y nos mostró el camino hacia la armonía entre comunidades', dijeron al tiempo el representante musulmán Abdul Rahim y el católico Orson Well.

La tumba de la Madre Teresa fue cubierta con flores y se colocó una figura de la Virgen María. La sede de la congregación quedó abierta todo el día.

El proceso más rápido de historia

La Madre Teresa de Calcuta fue beatificada en octubre de 2003, tras el proceso de beatificación más rápido de la historia, que duró sólo cuatro años.

Fue el Papa Juan Pablo II, quien consideraba a la ganadora del premio Nobel de la Paz de 1979 como 'una de las más grandes misioneras del siglo XX', el que quiso un proceso tan rápido. El Santo Padre admiraba mucho a la religiosa de Calcuta y deseaba que fuera directamente canonizada y proclamada Santa, sin pasar por la etapa de la beatificación, pero el Colegio Sagrado de los Cardenales se lo desaconsejó. La religiosa fue oficialmente beatificada por Juan Pablo II el 19 de octubre de 2003.

CIFRAS

61
Días después de su muerte se abrió su proceso de beatificación, el 28 de junio de 2005.

1,315
Teresa de Calcuta fue la persona 1,315 en ser beatificada en la historia. Lo hizo el recordado papa Juan Pablo II.

300
Mil fieles provenientes del mundo entero se reunieron en la Plaza San Pedro para la beatificación.