Su popularidad se extiende. El sureño que Gobierna desde hace 10 años y medio en la ciudad de Choluteca se volvió estratégico y los grandes partidos políticos inician sus campañas políticas en la conocida Sultana del sur.
Experto en el cultivo del camarón, Quintín Soriano saltó a la palestra pública nacional el día que no permitió que la resistencia popular de Manuel Zelaya se apoderára de la ciudad.
Soy una persona jovial, así como ven. Muy tranquilo. Me traslado sin miedo por la ciudad. Nunca me gustó usar guardaespalda y aquí no se necesitan.
Llevo tres y voy por el cuarto. Voy a participar.
Claro que sí. Este es un tema que he tratado varias veces. ¿Qué decía Mel Zelaya? que todo mundo se reelegía y que por qué él no.
Era ilegal, así como la inscripción de Ricardo Maduro, de Elvin Santos y el golpe de Estado, así que no se rasguen las vestiduras y les digo, respeten mi criterio.
Fui el alcalde que estuvo en el ojo del huracán, que me enfrenté a la Resistencia y que gracias a Dios no hubo muertos. No quiero volver a eso. Me enfrenté hasta con machetes y por eso no participo en marchas.
Tengo ese precedente, hasta me pusieron el “alcalde machetero”. Yo no me presto para dividir a la gente y me da no sé qué cuando en las fiestas del 4 de julio de la Embajada miro a Mel, Juan Barahona, Ricardo Álvarez y Esdras Amado López departiendo, y uno aquí peleando. Mejor me río.
En El Corpus, Choluteca. Soy de la Villa de Jerez de la Frontera de Mis Reales Tamarindos, el nombre original porque dicen que las pepitas de oro eran como tamarindos.
En Cuculmeca todavía. Hay serios problemas con el ambiente en esto de la minería.
Me dediqué a estudiar primero. Estudié en el Central Vicente Cáceres y en el Alfonso Guillén Zelaya de Tegucigalpa. Luego metí papeles a la Dirección de Comercio Interior, ahora la del Consumidor.
Sí, por muchos años. Soy técnico en camarón. Trabajé en varias empresas y logré conocer desde los análisis de larva hasta la cosecha. Manejé la camaronera de Calvin Wedle.
Primero entró Calvin y como yo trabajaba con él, me pidió que lo acompañara, aunque le aconsejé que no lo hiciera. Lo acompañé y nos ayudamos. Yo inicié desde joven en Juventud Liberal.
Fui quinto diputado propietario del Congreso Nacional con el movimiento de Carlos Flores. Yo seguía en la camaronera y mandaba al suplente, pero nos cayó el huracán Mitch, me la llevó toda.
Pueden decir lo que quieran de Calvin, pero tenía un gran corazón. Era muy querido y lastimosamente cayó en bancarrota, lo dejaron solo sus socios y esos problemas lo llevaron a la muerte. Es de los amigos que más he sentido, su amistad era incondicional.
Yo creo en la amistad, estoy en las buenas y en las malas hasta el final.
Abrí mi venta de conos, muy populares en Choluteca. He sido muy trabajador siempre y eso me ha evitado las crisis económicas. Entré en política mientras vendía conos. Comencé a buscar la alcaldía de Choluteca mientras daba asistencia técnica de camarón.
No, siempre tengo los conos porque es un negocio familiar. Gané la alcaldía a pesar de que me querían hacer ver de menos y me decían el Conero. Eso le gustó a la población más bien.
Yo ya estaba en mi segundo período en la alcaldía, él vino a ofenderme. Andaba con el Poder Ciudadano y me llamó Esdras Amado López para invitarme, le dije que no compartía lo de la cuarta urna porque no era legal.
En esa reunión pública comenzó a decir que me había dado siete millones de lempiras y que le dijera al pueblo adónde estaban. No me había dado nada y ya faltaba una semana para la cuarta urna. No habían podido penetrar en Choluteca.
Sí, primero escuché bien lo que había dicho y me fui a los medios. Lo traté de vos y le dije que me arrepentía de haber votado por él por mentiroso y farsante.
Recibí fondos de las transferencias, que son legales para todas las alcaldías. Pude probarlo y más bien Mel había sumado mal, eran más fondos los transferidos.
“Boom”, le dieron un golpe al Ejecutivo. Eso lo aprendí cuando fui al Departamento de Estado, quedaron funcionando todos los poderes menos el Ejecutivo. No volví a platicar con él.
Yo les toqué el hígado y ya era el malo para la Resistencia. Agarraron un odio contra mí porque no los dejé hacer relajo. Empezaron a tirarme duro y no dejaban que Elvin Santos hiciera reuniones.
Sí, a pesar de que decían: “Hay viene el niño Tonka”, así le decían a Elvin por constructor. Les advertí que no se metieran y organizamos 250 cocheros, los que recolectan la basura. Hubo enfrentamiento, los cocheros sacaron sus machetes y la Resistencia tuvo que salir corriendo.
No, yo no saqué pistola, los que andaban conmigo sí porque me habían amenazado de muerte. Hasta la conería me querían quemar.
Porque es un caudal electoral, es estratégico. Todos aquí empiezan.
Bien, como choluteca me siento orgulloso de que el presidente del Congreso sea de aquí.
Ahora no es el momento. Estamos convenciendo a Gabriela Núñez.