La Ceiba, Honduras.
Idda de Anderson y Guillermo Anderson enviaron a su hijo a estudiar a Oklahoma; pero él, sin despertar sospechas, cambió sobre la marcha el proyecto de sus padres. Guillermo dejó Oklahoma y se marchó a California porque existía una poderosa razón: la música.
“A él lo mandaron a Oklahoma, adonde una tía linda; pero Oklahoma no era el lugar interesante para Guillermo. Él había hecho amistad con un muchacho que vino de intercambio de California y él le dijo que California era el lugar para él”, recordó Patrick Anderson, hermano de Guillermo.
El cantautor hondureño -quien el sábado perdió la batalla contra el cáncer de tiroides- estudió Letras (Literatura Hispana) en la Universidad de Santa Cruz, de California, y en ese centro educativo aprovechó para detonar su vocación por la música que a la postre lo llevó a escenarios internacionales. “Allí participó con un pequeño grupo que se llamaba Los Tres, un trío. Guillermo nunca recibió ninguna clase formal de guitarra, él se le pegaba a los amigos, a los que tocaban mejor, y así aprendió”, dijo Patrick.
Su madre Idda, en una entrevista con
LA PRENSA, recordó ayer que “
Guillermo ahorró y estudió en California para lograr lo que él quería”.
“Lo mandamos a una ciudad para que estudiara y nos trajera un título, pero él, sin decirnos, se fue a California. Al regresar nos trajo el título y su música”, dijo su madre mientras las lágrimas viajaban por sus mejillas.
Este artista, de alma rebelde, siempre logró lo que se propuso. Hasta ahora es el único cantautor hondureño con mayor proyección internacional. Más allá de sus capacidades artísticas, la humildad, solidaridad y amor al prójimo llevaron a Anderson a lograr el éxito personal, familiar y profesional.
Para Lastenia Godoy, su esposo Guillermo “era una persona muy positiva y con mucha esperanza”. Anderson, después de regresar de Estados Unidos, comenzó a participar en conciertos modestos en Honduras, años después recibía los aplausos en escenarios de diferentes continentes.
Oneyda de América, una artista que conoció a Anderson hace unos 25 años, dijo que una vez “bajó su mirada” cuando ella le anunció que lograría el éxito. “Yo lo conocí hace 27 años. Era amigo de mi hermano Darío Cubas, locutor de radio. En un evento que traje de Colombia a las playas de Tela fue donde lo conocí”, contó. Para esta artista, con 40 años en escenarios, “no hay otro cantautor que se le compare a Guillermo, por su capacidad artística y por sus valores”.
Idda de Anderson y Guillermo Anderson enviaron a su hijo a estudiar a Oklahoma; pero él, sin despertar sospechas, cambió sobre la marcha el proyecto de sus padres. Guillermo dejó Oklahoma y se marchó a California porque existía una poderosa razón: la música.
“A él lo mandaron a Oklahoma, adonde una tía linda; pero Oklahoma no era el lugar interesante para Guillermo. Él había hecho amistad con un muchacho que vino de intercambio de California y él le dijo que California era el lugar para él”, recordó Patrick Anderson, hermano de Guillermo.
El cantautor hondureño -quien el sábado perdió la batalla contra el cáncer de tiroides- estudió Letras (Literatura Hispana) en la Universidad de Santa Cruz, de California, y en ese centro educativo aprovechó para detonar su vocación por la música que a la postre lo llevó a escenarios internacionales. “Allí participó con un pequeño grupo que se llamaba Los Tres, un trío. Guillermo nunca recibió ninguna clase formal de guitarra, él se le pegaba a los amigos, a los que tocaban mejor, y así aprendió”, dijo Patrick.
Guillermo Anderson es conocido internacionalmente por ser uno de los cantautores más importantes de Centroamérica.
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“Lo mandamos a una ciudad para que estudiara y nos trajera un título, pero él, sin decirnos, se fue a California. Al regresar nos trajo el título y su música”, dijo su madre mientras las lágrimas viajaban por sus mejillas.
Este artista, de alma rebelde, siempre logró lo que se propuso. Hasta ahora es el único cantautor hondureño con mayor proyección internacional. Más allá de sus capacidades artísticas, la humildad, solidaridad y amor al prójimo llevaron a Anderson a lograr el éxito personal, familiar y profesional.
Guilermo Anderson desarrolló el proyecto Tambores en La Ceiba que tenía como objetivo enseñarles a tocar instrumentos a los niños pobres de los barrios más populosos.
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Oneyda de América, una artista que conoció a Anderson hace unos 25 años, dijo que una vez “bajó su mirada” cuando ella le anunció que lograría el éxito. “Yo lo conocí hace 27 años. Era amigo de mi hermano Darío Cubas, locutor de radio. En un evento que traje de Colombia a las playas de Tela fue donde lo conocí”, contó. Para esta artista, con 40 años en escenarios, “no hay otro cantautor que se le compare a Guillermo, por su capacidad artística y por sus valores”.
Guillermo y Lastenia Godoy procrearon tres hijas (22, 19 y 13) que se decantan por el arte, más no por el área de la música, como su padre.
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