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Juticalpa, la reina de las pampas

  • Actualizado: 11 octubre 2015 /

Un recorrido por Juticalpa nos lleva a descubrir un paraje encantador de la zona oriental de Honduras.

Olancho, Honduras

La cabecera de Olancho se ubica a unos 170 kilómetros de Tegucigalpa, en la parte norte del valle del Guayape y es bañada por el río que lleva su mismo nombre. Esta ciudad, según la historia, era un pequeño poblado de indios aborígenes Tawahkas. Fue fundada en 1530, pero fue en 1791 que se bautizó con el nombre de San Juan de Juticalpa. Para 1820 fue elevada a la categoría de pueblo y el 16 de Junio de 1835, fue declarada ciudad.

En tres ocasiones Juticalpa ha sido la cabecera departamental de Olancho, la primera en el año de 1821 y la segunda el 4 de febrero de 1848 hasta finales de 1864. Pero en los registros oficiales, Juticalpa aparece como la cabecera oficial del departamento a partir del 12 de agosto de 1865. Juticalpa proviene de la Lengua Nahualt que significa “Tierra de Caracolillos”.

Juticalpa es una ciudad de gente amable que orgullosa muestra sus edificios antiguos y emblemáticos que guardan la arquitectura colonial como legado de su historia.

Entre ellos sobresalen: La alcaldía municipal, la iglesia catedral, la Casa de la Cultura,la escuela Rosa Luisa H. de Ochoa, entre otros.

Cada una de esas edificaciones reflejan junto a los barrios La Hoya y Calona, la época de la conquista, que es uno de los orgullos de los pobladores que aprecian el patrimonio colonial. Pero esa historia contrasta con la modernidad que marca otra época en la vida de Juticalpa, la que ahora se impone con la construcción de bulevares, centros comerciales y de entretenimiento, así como la infraestructura hotelera, restaurantes, que la ubican como una de las ciudades de más auge en Olancho.

Foto: La Prensa

El edificio de la alcaldía municipal funciona desde 1869. Tiene un largo corredor y su techo es de tejas.
Son varios los atractivos turísticos para visitar en Juticalpa, como las cuevas de Comunayaca, el monumento nacional El Boquerón, el cerro del Mogote y el río Guayape. Pero los pobladores destinan parte de su tiempo a la actividad turística local, donde los paseos en el bulevar de los Poetas, las caminatas a la Cruz de los Misioneros y las tardes en el parque central se vuelven un atractivo más en la agenda. En el corazón de Juticalpa disfrutan las actividades folklóricas y culturales que semanalmente programa la Municipalidad con el fin de recuperar las tradiciones populares, sus bailes y las comidas típicas.

Pero la visita a la cabecera de Olancho no puede obviar la tradicional gastronomía juticalpense, donde las cazuelas de cerdo, gallina y mondongo, el nacarigüe, tapado, la gallina en arroz de maíz, albóndigas, cerdo en pinol; así como los platillos de ubre, lengua de res y frito de cerdo, son una verdadera tentación al paladar.

Foto: La Prensa

El túnel floral es un escenario imperdible en la Ciudad de las Pampas, representa el símbolo de la expresión a la flora y fauna y es una de las riquezas naturales que adorna el corazón de Juticalpa.
Hay platillos que se preparan según las fechas especiales: la época de cuaresma por ejemplo y Semana Santa es donde el pescado y repollo enhuevado se convierten en los guisos tradicionales de la época.

Mientras que la cazuela de culuca, la iguana verde en arroz de castilla o en pinol, como el tamal viajero y capirotadas son los manjares que en toda época saborean tanto nativos como visitantes. Y en Navidad es de rigor el nacatamal, la pulpa de cerdo, la gallina horneada, el pastel de cazuela y las bebidas como el rompopo elaborado con “huevos de amor”, ponche con “leche de vaca sin descremar y el aguardiente.

No cabe duda que hay varias razones para que Juticalpa sea un punto en la agenda turística por conocer, es una joya a explorar en la ruta hondureña.

Foto: La Prensa