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'Juan Pablo II es beato, así lo ha querido Dios”

  • 02 mayo 2011 /

El papa Juan Pablo II ya no será llamado siervo de Dios. Ahora es el beato Juan Pablo II. Ver especial: Beatificación de Juan Pablo II

Unos rieron y otros lloraron, pero todos celebraron. El papa Juan Pablo II ya no será llamado siervo de Dios. Ahora es el beato Juan Pablo II. Tanto él, como Benedicto XVI quedarán grabados en la historia porque por primera vez en diez siglos un papa beatifica a su antecesor.

Ver especial: Beatificación de Juan Pablo II

La ceremonia de beatificación se llevó a cabo ante 1.5 millones de personas que llenaron la Plaza de San Pedro y las calles aledañas, en un festejo jubiloso que acercó al amado pontífice a la posible canonización y que reunió a la multitud más numerosa para una misa en el Vaticano.

Las multitudes en Roma estallaron en gritos, aplausos y lágrimas en el momento de develarse una enorme foto de Juan Pablo sonriente sobre la loggia de la Basílica de San Pedro.

Los príncipes herederos de España, Felipe y Letizia, junto con el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, el presidente mexicano Felipe Calderón, el líder del sindicato Solidaridad y ex Presidente polaco Lech Walesa, así como el presidente de Honduras Porfirio Lobo y su esposa Rosa Elena, estaban entre los presentes.

Antes de la misa reinaba un ambiente de fiesta: monjas sentadas en círculo tocaban guitarras y cantaban himnos, hombres alzaban a sus niños sobre sus hombros para que pudieran ver sobre las cabezas de la multitud y grupos de jóvenes católicos agitaban banderas de Argentina, Polonia, Francia y Gran Bretaña.

La seguridad fue estricta: amplios sectores de Roma, a kilómetros del Vaticano, quedaron cerrados al tráfico automotor, helicópteros surcaron el cielo, lanchas policiales recorrieron el cercano río Tíber y unos cinco mil agentes uniformados patrullaron las barricadas para asegurar que los religiosos, las delegaciones oficiales y los poseedores de los codiciados pases vips pudieran llegar a sus lugares.

Hablando en latín, Benedicto declaró a Juan Pablo beato poco después del inicio de la misa, celebrada bajo un cielo despejado y ante un mar de banderas polacas blancas y rojas, una escena que recordó el funeral de Juan Pablo en 2005, cuando unas tres millones de personas le rindieron homenaje.

Así lo ha querido el Señor

El papa Benedicto XVI recordó ese día hace seis años y señaló que el inmenso dolor se vio compensado por una enorme gratitud por su vida y pontificado.

“Ya entonces percibimos el aroma de su santidad”, dijo el pontífice para explicar la “razonable prisa” con que se honró a Juan Pablo. Dijo que con “la fuerza de un titán, una fuerza que le llegó de Dios, Juan Pablo revirtió la marea aparentemente irreversible del marxismo”.

“Reclamó correctamente para el cristianismo el impulso de la esperanza de que alguna manera flaqueó ante el marxismo y la ideología del progreso”, dijo el Papa.

“Abrió a Cristo la sociedad, la cultura, los sistemas políticos y económicos, invirtiendo con la fuerza de un gigante, fuerza que venía de Dios, una tendencia que podía parecer irreversible”, prosiguió su santidad.

“Ayudó a los cristianos de todo el mundo a no tener miedo de llamarse cristianos, de pertenecer a la Iglesia, de hablar del Evangelio”.

Benedicto XVI, primer pontífice en siglos señaló además que “Karol Wojtyla subió al trono de Pedro llevando consigo la profunda reflexión entre el marxismo y el cristianismo, centrada en el hombre. Su mensaje fue este: El hombre es el camino de la Iglesia, y Cristo es el redentor del hombre”, subrayó.

En su homilía, Benedicto XVI, quien derogó la norma que obliga a esperar cinco años de la muerte de una persona para abrir su proceso de beatificación, reconoció que la causa se realizó en menos tiempo que otras.

“Ya en aquel día (al referirse a los funerales) percibíamos el perfume de su santidad. Y he aquí que el día esperado ha llegado. Ha llegado pronto porque así lo ha querido el Señor: Juan Pablo II es beato, así lo ha querido el Señor”, clamó.

El Papa concluyó su homilía agradeciendo a Dios por haberle concedido colaborar “durante mucho tiempo con el beato papa Juan Pablo II”.

“Cuando me llamó a Roma como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, durante 23 años pude estar cerca de él y venerar cada vez más su persona. Su profundidad espiritual y la riqueza de sus intenciones sostenían mis servicios. El ejemplo de su oración siempre me ha impresionado y edificado”, recordó.

Veneran al beato

Después de una misa de casi tres horas, Benedicto oró frente al ataúd de Juan Pablo dentro de la Basílica de San Pedro, que permanecería abierto durante la noche y todo el tiempo necesario para que pasaran las multitudes de fieles que quieren rendirle homenaje.

El ataúd sellado ocupará una capilla lateral en la basílica junto a la famosa escultura de la “Piedad” de Miguel Ángel.

Los fieles han comenzado a desfilar para venerar el féretro de Juan Pablo II luego que lo hiciera el papa Benedicto XVI, seguido por cardenales y autoridades de la delegaciones oficiales.

El féretro de Juan Pablo II se encuentra ante el altar de la Confesión de la Basílica y sobre él se ha colocado una copia del Evangelio de Lorsch, abierto y apoyado en un cojín tejido con decoraciones de oro, además de una corona de flores con los colores vaticanos: amarillo y blanco.

La Guardia Suiza custodia el ataúd que el pasado día 29 el ataúd fue sacado de la tumba que ocupaba en las Grutas Vaticanas y será colocado en los próximos días en una capilla del templo vaticano. Hasta ahora, los restos de Wojtyla descansaban en una tumba a pocos pasos del sepulcro de San Pedro.

Tras el papa y los cardenales pasaron a venerar los restos del anterior pontífice las delegaciones oficiales de los países asistentes, después fue el turno de los discapacitados y el público en general.

Una vez concluida las celebraciones, el féretro será trasladado a una capilla del templo vaticano, para permitir una mayor concurrencia de fieles en el futuro.

El féretro será colocado en el nuevo lugar en la tarde noche del día 2 de mayo. Dicha capilla es la de San Sebastián, situada entre la que acoge a la Piedad, de Miguel Ángel, y la Capilla del Santísimo

Masiva concurrencia

La Policía, autoridades del Gobierno y el Vaticano estimaron la cifra de los que asistieron a la misa en 1.5 millones.

Apenas unos cientos de miles cabían en la Plaza de San Pedro y las calles aledañas; pero otros se congregaron frente a alguna de las 14 pantallas gigantes instaladas en diversos lugares de la ciudad o siguieron la ceremonia por radio en polaco o italiano.

Miles de peregrinos, muchos de ellos polacos, pasaron la noche en puentes y piazzas de la ciudad y acudieron a San Pedro apenas se abrieron las barreras con una hora de anticipación.

Parados hombro con hombro, ocuparon la Via della Conciliazione, el bulevar principal que conduce al Vaticano, así como las calles laterales y los puentes que cruzan el Tíber a San Pedro.

“Estoy muy orgullosa de Juan Pablo. Era mi papa cuando yo era niña”, dijo Alice Wirwicka, una polaca de 21 años que viajó 17 horas en autobús desde Szczecin para la ceremonia.

Fue la beatificación más rápida de que se tenga conocimiento, apenas seis años después de la muerte de Juan Pablo.

Benedicto inició la causa sin esperar a que pasaran cinco años, como es tradición, respondiendo a los clamores de “Santo Súbito” que se escucharon durante el funeral el 2 de abril de 2005.

Autoridades del Vaticano han insistido que Juan Pablo merece la beatificación a pesar del escándalo de abuso, diciendo que la causa de canonización no es un juicio sobre cómo administró la Iglesia, sino por llevar una vida de virtud cristiana.

Cardenal español fallece antes de ceremonia

Roma. El exarzobispo de Valencia, España, el cardenal Agustín García Gasco Vicente, de 80 años, falleció de un infarto poco antes de la ceremonia para la beatificación de Juan Pablo II, confirmó en un comunicado la arquidiócesis de Valencia.

“El cardenal Agustín García-Gasco, arzobispo emérito de Valencia, ha fallecido esta mañana en Roma a los 80 años de edad, víctima, al parecer, de una crisis cardíaca”, afirmó la arquidiócesis.

“El purpurado ha sido encontrado sin vida en su habitación de la residencia de la casa de acogida de peregrinos ‘San Juan de Ribera’ de las Obreras de la Cruz cuando se disponía a salir para participar en la ceremonia de beatificación del papa Juan Pablo II en la plaza de San Pedro”, según la misma fuente. Él fue inmediatamente trasladado a un hospital cercano del Vaticano, “donde los médicos certificaron su fallecimiento”.