Roatán, Honduras
Los habitantes de José Santos Guardiola abrigan las esperanzas de crecer económicamente a la sombra de su hermano y vecino, el municipio de Roatán.
Santos Guardiola, como le llaman los habitantes, cuenta con una población de 12,000 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), y todos ellos viven del turismo y la pesca.
Para los turistas extranjeros, hasta hondureños, Roatán es un solo municipio, pues desconocen que existe esta porción de 64.6 kilómetros cuadrados con sus propias características.
Aquí hay menos presencia de turistas, comparado con la cantidad que frecuenta el este de Roatán, y algunos habitantes hablan garífuna, otros español o inglés.
Simeón González, un buzo y reparador de embarcaciones, dijo que “si llega más gente a Roatán hay más posibilidades de hacer negocios aquí”.
González reparaba el fin de semana la quilla de un velero, propiedad de su tío Venancio Alejandro Martínez, en la playa de Punta Gorda.
![]() Asimismo, quienes viven en la cabecera municipal, Oak Ridge, trabajan y se benefician del municipio vecino. Algunos de sus habitantes laboran como marinos en embarcaciones en el extranjero.
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![]() El Congreso Nacional creó este municipio en 1960 con el nombre del general José Santos Guardiola Bustillo.
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Martínez compró un velero de unos 22 pies en Belice en 1994 y es el medio de transporte que ofrece a los turistas que desean dar un paseo por el mar con aguas azul turquesa.
“Nosotros en Punta Gorda ofrecemos cultura, playa y arrecifes. Yo trabajo en West End, pero el turista que quiera venir hasta Punta Gorda yo lo puedo traer”, dijo Martínez.
Este pequeño empresario garífuna le cobra unos $100 a cada turista que desee pasear en su velero durante varias horas por el mar Caribe.
Punta Gorda, que es uno de los poblados importantes de José Santos Guardiola, igualmente ofrece playas de arena blanca y un mar con arrecifes de coral, pero debido a la distancia es menos visitado.
Cayetano Rodríguez, originario de Tela, Atlántida, a sus 60 años de edad cree que Punta Gorda “es un paraíso para vivir”.
“Aquí no hay violencia, todos caminamos tranquilos por las calles. Todo el municipio es seguro. Tengo una hija que vive en San Pedro Sula, que me ha pedido que me vaya a vivir allá, pero prefiero estar aquí”, dijo.
En Punta Gorda solamente existen pequeños negocios que comercializan productos de consumo básico para los hogares garífunas.
En la última década, garífunas que trabajan en embarcaciones en el extranjero han logrado construir casas de varios niveles con los dólares que ganan y envían a sus familiares.
A unos cinco kilómetros se encuentra bahía de Oak Ridge, adonde tiene la sede la Municipalidad de José Santos Guardiola.
Gran parte de los habitantes de Oak Ridge dependen laboralmente del sector hotelero de Roatán.