Los carteles del narcotráfico mexicano empiezan a mostrar su rostro terrorista con el hallazgo de varios coches bomba en el Estado de Sinaloa y la revelación de que sicarios de las bandas de traficantes reciben entrenamiento en Irán y con la narcoguerrilla de las Farc.
El escenario del narcoterrorismo es Sinaloa, donde en lo que va de año han sido asesinadas más de 500 personas en una guerra surgida por la fractura del cartel de La Federación, que enfrenta a matones de los hermanos Beltrán Leyva con los de Joaquín Guzmán, alias 'El Chapo'. El pasado fin de semana la violencia se desbordó, y los sicarios emplearon cuatro coches bomba cargados con bombonas de gas, listos para ser activados con una señal de móvil. Sólo uno estalló y causó daños materiales.
A esta situación se suma un informe de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, DEA, difundido por el diario El Universal, que asegura que sicarios 'de élite' del narco están siendo enviados a Irán, vía Venezuela, para entrenarse en uso de armamento y explosivos y operaciones de comando. El adiestramiento es impartido por Guardias de la Revolución iraní. En algunos casos, los sicarios utilizan pasaportes venezolanos para viajar a Teherán, según revela un reportaje de El País, España.
Nuclear
Mientras, ayer el Departamento de Estado de EUA advirtió que los iraníes deben entender que sus líderes necesitan elegir entre la cooperación nuclear o la confrontación, lo cual sólo conducirá a un mayor aislamiento. La declaración del portavoz Sean McCormack tuvo lugar luego de que el subsecretario de Estado William Burns asistiera a las negociaciones con Irán en Ginebra para tratar de que Teherán suspenda sus actividades nucleares.
'Burns entregó un mensaje claro y simple: Estados Unidos, junto con sus aliados del grupo de los seis, toman en serio el hecho de que Irán debe suspender el enriquecimiento de uranio'.
Primeros pasos
En medio de la incredulidad general, Irán y Estados Unidos parecen estar dando los primeros pasos hacia una solución negociada de la crisis nuclear.
Sanciones
Algunos observadores estiman que Teherán podría aceptar en las próximas semanas frenar su programa nuclear a cambio de que Occidente también paralice sus sanciones.