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Indígenas de Gracias a Dios, indiferentes con políticos por “mentirosos”

  • 14 noviembre 2021 /

“Tengo 73 años, ya estoy acostumbrado a las mentiras”, dicen pobladores de esa zona del país.

Puerto Lempira, Gracias a Dios

Cuando faltan dos semanas para las elecciones generales en Honduras, muchos pobladores del departamento de Gracias a Dios, en el Caribe, son indiferentes al proceso electoral porque a lo largo de su historia han vivido casi en el total olvido gubernamental y se sienten engañados por los políticos.

El pantanoso departamento, de unos 17.000 kilómetros cuadrados, es el segundo más grande de Honduras y el menos poblado, con unos 100.000 habitantes (la mayoría indígenas), de los 9,5 millones que tiene el país.

“NO VOY A VOTAR”

“No voy a votar porque ninguno de los candidatos presidenciales llena mis aspiraciones, ni las de mi departamento. Son mentirosos”, dijo a Efe un poblador en la polvorienta plaza central de Puerto Lempira, cabecera (capital) de Gracias a Dios, que está convertida en un precario mercado de la economía informal.

Un niño carga leña mientras su madre cocina golosinas en Puerto Lempira, el 11 de noviembre de 2021 en el departamento de Gracias a Dios (Honduras)..

No hace falta salir de Puerto Lempira para conocer de la pobreza que afecta a la mayoría de la gente de Gracias a Dios, una región de pueblos indígenas a la que solo se puede llegar por avión o navegando por mar y ríos que la cruzan.

En Puerto Lempira muchos prefieren no hablar “por miedo a los narcotraficantes”, quienes desde hace más de 40 años operan en Gracias a Dios, región de la que han hecho una cabeza de punta de una red que hace circular la droga, de este a oeste, hasta entregarla en Guatemala, en ruta hacia Estados Unidos.

En este municipio la Policía Nacional ha aumentado su presencia y tiene un moderno edificio, “pero eso no le garantiza seguridad porque muchos de sus policías son de aquí mismo y, si no son narcotraficantes, tienen familiares o conocidos que sí, y los protegerán en vez de capturarlos”, dijo otro habitante, que solicitó el anonimato “porque aquí está peligroso y hay miedo”.

Quizá porque conocen de la indiferencia hacia los políticos, la propaganda de los candidatos presidenciales es casi nula a diferencia del resto del país, donde es masiva, principalmente en las áreas urbanas.

En la plaza de Puerto Lempira y sus alrededores se ve uno que otro afiche colgado del candidato presidencial por el gobernante Partido Nacional, Nasry Asfura, y de una candidata a diputada por el Partido Liberal, segunda fuerza de oposición.

Dos hombres halan una carreta en la plaza principal de Puerto Lempira, el 11 de noviembre de 2021 en el departamento de Gracias a Dios (Honduras).

Faret Roberto Jackson, de 42 años y habitante de la comunidad de Ahuas, explica a Efe que en su comunidad, también pobre, “por lo general los políticos todo el tiempo han mentido”, y que la población hace “chiste” de ellos diciendo “voten por nadie”.

FALTA DE APOYO DE LAS AUTORIDADES

A casi una hora de viaje en lancha se llega a Kaukira, donde también la mayoría de sus 7.000 habitantes son personas pobres que subsisten de la pesca artesanal ante la falta de tierras para la actividad agrícola, como sucede en la mayor parte de Gracias a Dios.

El presidente de la Junta Directiva de la Empresa de Servicios Múltiples Unión de Pescadores (Kauma) de Kaukira, Duval Haylock, indicó a Efe que, aunque siempre en la pobreza, “anteriormente se vivía mucho mejor que ahora”, lo que en su opinión obedece a que “el pueblo ha crecido y no hay fuentes de empleo”.

Haylock, de 73 años, señala que la mayoría de la población de Kaukira, una región de mucha belleza natural, “se dedica a la pesca, porque casi no hay terreno para poder trabajar en la agricultura”.

De parte del Gobierno “no hemos tenido ningún apoyo”, enfatizó Haylock, al recordar que hace un año pasaron las tormentas tropicales Eta e Iota y en Kaukira siguen “igual”.

“Nunca ha habido apoyo ni de la Alcaldía, ni de la Gobernación política, ni del Estado. Otros Gobiernos, todos han sido iguales, por eso ahora la gente no se preocupa por la política”, afirmó.

Añadió que cuando llegan algunos políticos, una parte de la población asiste a las concentraciones “solo para escuchar, pero no les creen nada porque todo es mentira, todo es falso”.

En Kaukira “no hay ambiente antes de las elecciones, estamos iguales, nosotros no perdemos nuestro tiempo en política, porque todo eso es promesa y de allí no pasa. Tengo 73 años, ya estoy acostumbrado a eso, a las mentiras de los políticos”, recalcó Haylock, quien dijo que antes ha votado por el Partido Nacional.