Tijuana, México
La hondureña Norma Araceli Mejia partió de Honduras en una de las caravanas migrantes que se dirigen hacia a los Estados Unidos; sin embargo ya no anhela el sueño americano, pues está a punto de instalar un negocio de venta de comida en Tijuana.
Mejia partió junto a sus dos hijos y esposo con quienes se encuentra albergada en El Barretal. Según la hondureña al pasar por un mercado sobrerruedas de la colonia Mariano Matamoros, le surgió la idea de comprar una pequeña estufa, ollas y cubiertos.
Todo esto con la finalidad de cocinar para su familia, pero el delicioso olor de las baleadas hizo que el resto de sus compatriotas en el albergue le quisieran comprar.
“Allá ya no tenemos nada. En cambio si nos quedamos en Tijuana podemos tener algo seguro, buscar trabajo y entre mi esposo y yo podemos hacer algo en grande aquí”, dijo Mejia al Periódico Frontera.
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Su historia causó impacto...
Luego de que la historia de la hondureña se hiciera conocida, a través del portal mexicano de noticias, una ciudadana llamada Verónica Jarán se ofreció a darles un espacio para que estableciera formalmente su restaurante.
“Me da una satisfacción, es como sentirme una mejor persona. Ojalá que nazca que otras personas también se ofrezcan para ayudar a los migrantes”, dijo Verónica Jarán.
La hondureña está sumamente feliz por la oportunidad y afirma que junto a su familia trabajará arduamente en el local que llamará Comida Catracha.
