La desolada colonia Guillén de Tegucigalpa observa cómo decenas de familias deciden regresar a habitar sus hogares o lo que queda de ellos cuatro meses después de que una falla geológica provocara una tragedia que los dejó en la calle.
Llevados a albergues en la ciudad, las familias esperaron la promesa de la alcaldía capitalina de ser reubicados en una zona residencial directamente construida para paliar la crisis que afectó a decenas de hogares de esa populosa zona de la ciudad.
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La zona cero ahora palpa vida motivada por sus pobladores y propietarios, quienes, angustiados por haberse trasladado a otros sectores en los que pagaban alquileres, dicen que correrán el riesgo obligados por la crisis.
En las pailas de sus carros y otros fleteros, varias familias, desde ayer, lunes, regresaban a habitar algunas viviendas en la zona cero. Los pobladores argumentan que la promesa de nuevas viviendas ubicadas en una zona segura e impulsada por la alcaldía capitalina aún no se cumple y aunque autoridades subrayan que en febrero serán entregadas, lo cierto es que las familias han optado por regresar a sus viviendas.
“No pasó nada y nosotros estamos viniéndonos otra vez. No nos da temor de que se nos caigan las viviendas, tenemos fe en Dios que eso no va a ocurrir. Y algunos vecinos estuvimos en una iglesia, pero ahí no podíamos seguir, por lo que tomamos la decisión de volver”, declaró un poblador que pidió omitir su nombre.
Fueron 60 familias las evacuadas a principios de septiembre en esa colonia, después de activarse una falla geológica que dejó sin hogar a cientos de personas. Las paredes sucumbieron y los suelos se agrietaron mientras las familias, de clase baja, observaban cómo sus pertenencias se reducían a escombros.