Piedad Huerta, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), expresó su preocupación por la explosión de casos en el departamento de Cortés y dijo que es urgente reforzar la vigilancia epidemiológica para aislar a los contactos de la mayoría de infectados de COVID-19 y frenar los contagios.
¿Cómo ha evolucionado la pandemia en Honduras?
Esta epidemia no venía con una receta de cómo hacer las cosas, así que cada país ha hecho lo mejor posible, unos mejor que otros; pero creo que en Honduras desde que se notificó que había dos casos positivos se tomaron medidas de distanciamiento físico que han sido efectivas para evitar un crecimiento desproporcionado de casos. Sin embargo, tenemos que reconocer que ha habido falencias en el toque de queda y en la cuarentena, ya que ha habido zonas donde las personas no han cumplido con esta instrucción de quedarse en casa o de salir a la calle con ciertas precauciones, como por ejemplo, el distanciamiento de persona a persona, el uso de mascarillas y el evitar las aglomeraciones multitudinarias. Hemos visto cosas que a mí me han preocupado mucho; por ejemplo, algunos mercados populares aglomerados. Creo que ahí se pudo haber hecho un mejor trabajo de vigilancia y de imponer el distanciamiento físico.
¿Cuándo se prevé que Honduras alcance el pico más alto de contagios?
Eso es algo difícil de predecir, se hacen proyecciones matemáticas para planificar sobre todo los servicios de salud para que el país pueda tener un número adecuado de camas disponibles, centros de aislamiento o centros de cuarentena, que alcancen a llegar los equipos necesarios para atender a la gente que va a requerir ventiladores mecánicos, por ejemplo. Pensamos que todavía estamos a un par de meses de que se pueda decir que estamos en un pico alto, no creo que todavía estemos cercanos a ese pico.
¿Cómo ha respondido el sistema sanitario con el número de casos que se han presentado hasta ahora?
Honduras es un país con un sistema de salud débil, eso lo sabemos todos, y lo ha aceptado el Gobierno, que ha tratado de hacer algunos esfuerzos para fortalecerlo. También tenemos un número limitado de especialistas en las áreas que se requieren en este momento, como médicos internistas, intensivistas, neumólogos e infectólogos, que son las especialidades que se requieren para atender este tipo de enfermedades. Teniendo eso como base se han dispuesto los espacios hospitalarios para atender a la gente desde que se dieron los primeros casos y han estado funcionando. Se han dado cursos para que los trabajadores de la salud puedan atender de la mejor manera a los pacientes.
¿Ya estamos en la etapa de saturación en los hospitales?
Creo que todavía no, esta manera de llevar la epidemia en el país, que es manteniendo a la gente en casa para que no haya una explosión abrupta de casos que lleve a una gran cantidad de personas a los hospitales, yo creo que ha permitido que haya camas disponibles para atender a las personas que están enfermas; sin embargo, es preocupante el número de camas que se tienen y el número de camas de terapia intensiva de las que dispone el país. Los encargados del manejo de la epidemia saben de esa situación, por eso están haciendo ese análisis de dónde abrir espacios con camas disponibles para atender a los pacientes no graves y menos severos.
Cortés es ahora el epicentro de los contagios, ¿cree que allí debe haber una intervención especial?
Creo que ahí hay que reforzar enormemente el trabajo de vigilancia epidemiológica. A cada caso que se detecta positivo se le debe hacer una investigación dentro de las siguientes 24 horas para poder tener el listado de contactos y ponerlos en cuarentena obligatoria y hacerles un monitoreo médico y de vigilancia epidemiológica por los siguientes 14 días para garantizar que esas personas si llegan a desarrollar los síntomas se les tiene ya vigiladas. Es todo un trabajo que ha sido bien llevado aquí en el Distrito Central y que debiera replicarse en Cortés.
¿A qué obedece la alta incidencia de contagios en Cortés?
En Cortés hay grupos poblacionales bastante diferentes, tiene esos grandes conglomerados de vecinos, trabajadores de las empresas (de la maquila), se trata de gente joven, y si una persona ha contraído el virus y no sabe, no se queda en casa y no toma las medidas necesarias, es más fácil que propague el virus a un mayor número de personas. Por otro lado, ha hecho falta más vigilancia epidemiológica en toda la zona norte del país, y es un trabajo que se está tratando de fortalecer en este momento.
¿Vienen nuevas recomendaciones de la OPS frente a la evolución que ha tenido el COVID-19 en el país?
Vamos evolucionando en los mensajes, ahorita el mensaje fuerte es quedarse en casa, fortalecer las medidas de prevención con el lavado de manos, el uso de mascarillas cuando la gente sale de la casa. El uso de mascarillas para protegernos es una medida adecuada porque ha funcionado en otros países del mundo, y el Gobierno la ha asumido como parte de esta estrategia integral de protección. En esta estrategia, las mascarillas caseras pueden ser una solución adecuada.
¿Las medidas de prevención siguen siendo las mismas?
La mascarillas, más el lavado frecuente de manos con agua y jabón, el distanciamiento físico a un metro y medio a la redonda, más el gel con alcohol y quedarse en casa tanto que sea posible, o sea, si juntamos todas estas medidas estamos haciendo un combo de protección y prevención bueno.
¿Cuánto más cree que debe durar la cuarentena?
Esa es una pregunta bastante difícil porque por un lado está el tema de dilatar lo más posible la propagación de la enfermedad. La epidemia no la podemos detener, es un virus nuevo y todos somos susceptibles, entonces entre más prolonguemos este tiempo y entre más tardemos que se presente la explosión de casos, más posibilidades tenemos de que haya camas suficientes y que nos alcancen a llegar equipos de protección para proteger a los trabajadores de la salud. La decisión de cuánto debe prolongarse es del Gobierno.