China recibió ayer el Año Nuevo del calendario lunar, bajo el signo zodiacal del cerdo, con una explosión de alegría durante la cual decenas de millones de personas prendieron fuegos artificiales y quemaron petardos espantando los malos espíritus, según la tradición.
Más de 400 mil efectivos de las fuerzas de seguridad fueron desplegados en Pekín, una ciudad de 15 millones de habitantes, muchos de los cuales no pegaron ojo durante la noche del sábado hasta ayer.
Unas 125 personas resultaron heridas y se registraron un centenar de incendios en la capital, a raíz de los festejos.
Como es tradición, las familias chinas se reunieron para festejar juntos, con comida y bebida, la más importante fiesta anual de este país de 1,300 millones de habitantes.
