La pesadilla para el ex embajador de El Salvador en Honduras, coronel Sigifredo Ochoa Pérez, no acaba.
Además de ser expulsado del servicio exterior salvadoreño por aceptar una condecoración otorgada por las autoridades hondureñas el pasado martes, él asegura que ahora lo persiguen.
Las informaciones que publicó ayer el diario digital salvadoreño Contrapunto revelan que Ochoa Pérez se declaró “perseguido político”.
El informativo relata que el ex diplomático, acreditado en Honduras por casi nueve años, justifica sus palabras aseverando que su pertenencia al partido de derecha, Alianza Republicana Nacionalista, Arena y su trayectoria militar están detrás del motivo de su destitución.
Están tras los militares
“Es un aviso para los compañeros militares porque el Fmln va contra los militares. Eso se está viendo; todavía están con el casete de la guerra, es una purga contra los militares, pero están equivocados si creen que voy a dejar que me atropellen. Es un revanchismo político”, aseguró el ex diplomático.
Ochoa Pérez recibió, de manos del canciller hondureño, Carlos López Contreras, la Orden de Francisco Morazán Gran Cruz con Placa de Plata que motivó su separación de la diplomacia salvadoreña.
