Por lo menos cien mil hectáreas de tierra fueron vendidas por los grupos campesinos en una distorsión del proceso de reforma agraria que hoy está surtiendo los efectos negativos en el campo.
Estas tierras fueron adjudicadas por el Estado entre las décadas de los setenta y ochenta a un número aproximado de 300 cooperativas campesinas, pero éstas fueron víctimas del mal manejo de sus dirigentes quienes, coludidos con terratenientes, se aprovecharon de los labriegos para venderlas.
El subdirector del Instituto Nacional Agrario, INA, Marco Tulio Cartagena, declaró que en la propuesta de reforma a la Ley de modernización y desarrollo del sector agrícola se están excluyendo del beneficio de adjudicación de tierras a aquellos grupos campesinos que vendieron sus tierras.
Los viejos dirigentes que en el pasado vendieron las tierras se están incorporando en nuevos grupos para ser beneficiados, pero esto no ocurrirá, según Cartagena.
Las reformas a la ley que próximamente será remitida al Congreso, plantean la posibilidad de volver al sistema de afectación de tierras cuando haya causales.