El gobierno de Evo Morales se dijo dispuesto a discutir el sistema de aprobación de la nueva Carta Magna en la Asamblea Constituyente, tema central del malestar de cuatro regiones bolivianas que hoy celebran cabildos proautonomistas en medio de tensiones y despliegue de uniformados.
Tras fracasar una conciliación planteada en Santa Cruz, plaza fuerte de la oposición derechista al presidente Evo Morales, por el ministro de la Presidencia, Ramón Quintana, su viceministro Alfredo Rada firmó la disposición oficial para lograr un acuerdo por consenso sobre el sistema de aprobación de la nueva Carta Magna.
Soluciones
“Para encontrar soluciones debemos flexibilizar posiciones. El gobierno no plantea mayoría absoluta de 50 por ciento más 1 de 255 votos de constituyentes o nada y la oposición tampoco debería quedarse en los dos tercios, que son 170 del plenario para aprobar la Constitución”, instó Rada.
Fuentes del oficialista Movimiento Al Socialismo, MAS, anunciaron una serie de gestiones para zanjar la profunda diferencia sobre la modalidad de validación de la nueva Constitución, nudo de la crisis boliviana que ahora se desplaza en libre caída en medio de gritos de independencia, principalmente en la convulsa Santa Cruz.
Conflicto
La iniciativa fue saludada por un constituyente opositor, Jorge Lazarte, quien advirtió que Bolivia atraviesa momentos de extrema conflictividad.
“Que no sea un esfuerzo de última hora para debilitar los movimientos cívicos y cabildos de mañana”, mencionó, al tiempo de acoger la posibilidad de un acuerdo.