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Estudiantes hondureños recuerdan su día afectados por la pandemia

  • 11 junio 2021 /

Más de un año ha pasado desde el cierre de las aulas de clase en Honduras.

Honduras.

Los estudiantes hondureños conmemoran este viernes su día recibiendo clases desde su casa por la pandemia de covid-19, aunque miles de ellos, principalmente de regiones remotas, no tienen acceso a la tecnología para la enseñanza virtual, lo que significa el estancamiento o deserción en su formación educativa.

La situación de los estudiantes es más grave en zonas del interior del país, donde no hay energía eléctrica, no tienen acceso a internet ni a un computador o teléfono celular moderno, afectando más a los de educación primaria, dijo a Efe el exviceministro de Educación y docente universitario Armando Euceda.

'Lo que está viviendo la juventud estudiosa del sector público y privado es un estado de abandono completo, desde el nivel preescolar hasta el universitario', subrayó Euceda, profesor universitario de Física y analista.

'MASACRE GENERACIONAL' CON LA NIÑEZ DEL ÁREA RURAL

Agregó que aunque también están siendo afectados, los estudiantes universitarios sufren los efectos de la lamentable situación que vive la educación hondureña, 'viven al sálvese quien pueda, si es que se pueden salvar'.

'Pero eso no ocurre con la niñez del área rural, sobre todo, porque con ellos lo que hay es una masacre generacional, porque su situación ya era mal desde antes de la pandemia de covid-19', señaló Euceda.

Hay comunidades hondureñas, como San Francisco Locomapa, donde viven algunos miembros de la etnia Tolupán, que está distribuida entre los departamentos de Yoro, norte, y Francisco Morazán, en el centro del país, que no tienen energía eléctrica y los niños no están recibiendo clases porque en la comunidad no hay electricidad, no tienen acceso a un teléfono con Whatsapp y un ordenador está mucho más lejos de su alcance, por la pobreza.

Euceda dijo que lo que para él es 'una masacre generacional' lo que vive la niñez hondureña del área rural, la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura) lo define como una 'catástrofe generacional educativa' en muchos países pobres.

Añadió que, aunque la pandemia afecta a todos los países, los más organizados están controlando 'la catástrofe educativa' para que no repercuta tanto con los estudiantes de todos los niveles.

NADIE PIENSA EN INVERTIR EN EDUCACIÓN

'Pero en el caso de la situación de nosotros los hondureños, no hay por dónde ponerle un dique de contención', expresó Euceda, quien además considera que el promedio de escolaridad del país, que ha sido de siete años, pudo haber bajado a seis debido a la pandemia.

En su opinión, para recuperar un año de escolaridad de un pueblo, se necesitan diez, y aunque la pandemia de covid-19 se esparció por todo el mundo, su impacto ha sido más fuerte en Latinoamérica.

En Honduras la situación es preocupante, según Euceda, porque 'nadie está pensando en invertir en educación', lo que se evidencia en que ninguno de los que aspiran a llegar al poder a partir del 27 de enero de 2022, cuando asuma el nuevo Gobierno, ha puesto la educación como una prioridad.

Otra situación adversa que afecta al país, es que hay una inclinación mayor a administrar negocios y se olvidan de las humanidades, ignorando la importancia que tiene humanizar su negocio, dijo el docente hondureño.

'El problema central que tenemos en educación, es el desarraigo que estamos recogiendo, de no ver que han transcurrido 21 años de este siglo y no hemos invertido en educación, ni siquiera en agua potable para que se laven las manos los estudiantes, peor decir que hemos invertido en capacitar docentes, en crear escuelas de calidad, eso no ha sucedido', dijo Euceda.

Además, acotó, cuando ese desarraigo en la educación se le transmite a los niños, esa generación creció y ve para el norte (Estados Unidos), no siente a Honduras'.

La crisis educativa que afecta a Honduras tiene repercusiones menos graves con los estudiantes que se forman en instituciones privadas, que no representan la mayoría del alumnado nacional.

Según docentes del sector público, unos tres millones de estudiantes deberían de estar en formación en el presente año, pero eso no es posible por la pandemia, y aunque la situación es grave, las autoridades educativas afirman que no es tanto.