El embajador cubano, Alberto González Polanco, anunció ayer su retiro del país con la satisfacción de haber cumplido su misión. La embajada cubana ayudó a miles de hondureños en la solución de sus problemas de salud y coordinó además la alfabetización de otros miles.
“Las normas diplomáticas establecen que un embajador está fuera del país por cuatro años. Yo estuve cuatro años como jefe de la brigada médica y cuatro como embajador.
Le decimos un hasta luego a nuestros hermanos hondureños, a quienes tanto queremos y sabemos que nos tienen aprecio”, dijo el embajador.
Polanco se ganó el cariño de los hondureños porque, gracias a sus gestiones, posibilitó la partida a Cuba de tres mil compatriotas que fueron a operarse de la vista, coordinó con los médicos cubanos más de 200 mil operaciones de diferente naturaleza en Honduras, gestionó becas para unos mil jóvenes que cursan estudios en la Escuela Latinoamericana de Medicina, Elam, y otras carreras, y deja las bases para dos centros hospitalarios de oftalmología que funcionarán muy pronto en Honduras.
El embajador será sustituido a principios del próximo año por el diplomático de carrera Juan Carlos Marrero.
