La última crecida del río Ulúa causó cuantiosos daños a campesinos que usan sus fértiles riberas para sembrar productos de consumo básico.
Unos 90 campesinos de la aldea de Santiago en Pimienta perdieron todas sus siembras, ya que las recientes crecidas del río arrasaron por completo con las cosechas de maíz, plátano, ayote y caña de azúcar.
Sin embargo, la mayoría de los labriegos que invierten cerca del caudaloso Ulúa están conscientes de los riesgos que conlleva depositar las semillas de sus cultivos en tan inundables terrenos.
“Sembrar en la cuenca del Ulúa es una aventura. Cuando el río se llena uno pierde su cosecha, cuando el río no se llena logramos cosechar”, manifestó Óscar Escobar, que desde hace varios años alquila varias manzanas de tierra en la falda cerca del río y siempre espera un golpe de suerte para que el invierno le deje cosechar lo sembrado.
El plan de contingencia de Escobar es sembrar sandía en una parcela de tierra en el cerro de Santiago.
“Cuando termine de cosechar la sandía sembraré maíz para recuperar lo perdido en la parte de abajo”, informó.
Este año, el Ulúa ya destruyó cien manzanas en el sector de Pimienta, donde habían sembrado maíz, plátano, ayote, caña de azúcar, frijol y otras hortalizas.
Julio César Castillo, que sí es dueño de varias hectáreas de terreno en los bajos del Ulúa, miraba ayer con resignación toda su inversión sumergida en las lodosas riberas del Ulúa.
“Ya casi lo perdí todo, había conseguido semilla y acababa de sembrar, pero mire usted cómo el río acabó de meterse ayer por la noche. Muchos hemos perdido grandes cantidades de dinero”, declaró Castillo.
No hay evacuados
La Comisión Permanente de Contingencias, Copeco, comunicó ayer que el nivel del río Ulúa había descendido a las seis de la mañana, con una altura de cuatro metros.
El subcomisionado regional de Copeco, Alex Estévez, declaró que tras decretar el lunes alerta amarilla por 48 horas para ocho municipios ubicados en la cuenca del río Ulúa, se había recomendado evacuar a 18 familias en riesgo, pero aclaró que ninguna ha sido evacuada aún.
Ovidio Sánchez, que tiene su casa a escasos metros del río Ulúa, aseguró que no le teme a su acrecentado vecino.
“Nunca me he visto en la necesidad de salir corriendo. Tengo mi casa aquí junto al Ulúa desde el año 1988 y después del Mitch me vine a vivir aquí a Santiago”, dijo.
Construyen rampa
Con la ayuda humanitaria de la Unión Europea están construyendo una rampa en el mirador de Santiago. El objetivo es crear una ruta de evacuación en caso de emergencia.
“Cuando llueve mucho se inunda la calle que conduce al bordo y por ello la Municipalidad y otras organizaciones están construyendo una rampa para que las personas puedan llegar con mayor facilidad a las zonas altas donde se pondrán a salvo en caso de que las inundaciones amenacen su vida”, expresó Marcio Amador, encargado de medir el nivel del río Ulúa.
El Servicio Meteorológico Nacional, SMN, descartó ayer que la tormenta Emily, que cobra fuerza en el Atlántico, amenace al territorio nacional.