Llueva o haga calor, en los municipios del sur de Lempira, en el occidente de Honduras, sufren por la falta de energía eléctrica. El incidente más reciente fue por una tormenta eléctrica y duró tres días.
Fue hasta hoy lunes 27, que gran parte de las comunidades del municipio de Piraera, por ejemplo, han vuelto a tener electricidad en sus hogares luego de que un tremendo aguacero los dejó sin el fluido desde el viernes pasado.
El alcalde de Piraera, Deydin Mendoza contó a LA PRENSA el suplicio que siguen viviendo y cómo se las ingenian para poder rehabilitar el servicio cuando está a su alcance. Señala que antes de que lloviera venían sufriendo prolongados apagones, que exceden las interrupciones comunes que van de dos a cuatro horas, por corte en las zonas urbanas.
“En Piraera y los municipios del sur del departamento de Lempira la luz no se va unas cuantas horas, hemos llegado a estar hasta 10 días sin energía eléctrica. Por este último problema, todos los dueños de negocios reportaron pérdidas de sus productos de la canasta básica, otros se han cansado y han tenido que comprar plantas generadoras”, aseveró.
Los municipios del sur de Lempira son: Piraera, San Francisco, Virginia, Candelaria, Gualcinse, La Virtud, Mapulaca, San Juan Guarita, Guarita, Cololaca, Tambla, Tomalá, San Andrés Erandique.
“Como alcaldía hemos comprado aparatos, unas varas que le dicen. Andamos subiendo las cuchillas para todas las comunidades”, contó Mendoza, quien asegura que cuando un cable se rompe o un poste se cae, su pesadilla se prolonga semanas enteras, ya que las cuadrillas más cercanas se desplazan desde Ocotepeque, y de allá a cualquier punto del sur de Lempira hay distancias no menores a las cinco horas.
Problema eléctrico
“Cuando eso sucede, pasamos hasta diez días, doce días, veinte días hasta que la Enee venga y resuelva”, lamentó. Si bien en Gracias, cabecera de Lempira hay cuadrillas, no se dan abasto y es más cercano que lleguen desde Ocotepeque, precisó.
Por este último problema con la energía eléctrica se vieron afectados más de 20,000 pobladores de Piraera y cerca de 150,000 de todo el sur de Lempira, ya que las fluctuaciones de la energía se produjeron en toda la región.
Aunado al problema eléctrico, las lluvias desencadenan no solo fallas en el cableado y transformadores. La carretera principal, casi toda de tierra, se vuelve una pesadilla cuando empiezan las lluvias. “Ya hay partes intransitables, y ya a muchas mujeres les toca dar a luz en el camino. Los buses se quedan pegados, y la gente debe ir a buscar medicinas a El Salvador. Son muchos problemas juntos, pero aquí estamos luchando para salir adelante con la ayuda de Dios”, afirmó.