20/05/2025
02:15 AM

El señor de los números no marcará más residencias

Sus manos están marcadas por los golpes recibidos al martillar, su cuerpo resiente el paso de los años y su rostro sudoroso refleja cansancio; pero su espíritu y su memoria siguen siendo muy vivos.

Sus manos están marcadas por los golpes recibidos al martillar, su cuerpo resiente el paso de los años y su rostro sudoroso refleja cansancio; pero su espíritu y su memoria siguen siendo muy vivos.

A sus 71 años Vicente Méndez se ha convertido en una enciclopedia de direcciones y conoce a la perfección la ciudad. Por ello, sus pláticas son muy entretenidas y los temas de conversación son muy variados. Habla del templo católico de la colonia Las Vegas, hasta de la camiseta que el Rey de España le regaló al mandatario venezolano en la Isla de Mallorca.

Pero sin duda su tema favorito es conversar sobre la señalización de la ciudad y la nomenclatura de la capital industrial. Y no es para menos, los sampedranos le deben la numeración de mas de cien mil viviendas dentro y fuera del primer anillo de circunvalación.

Gracias a él, empresas como Hondutel, Enee y Aguas de San Pedro pueden entregar los recibos de cobro guiados por los números de casas que el septuagenario empezó a colocar artesanalmente desde la década de los 60.

Fueron cuarenta años de trabajo que todavía se notan de esquina a esquina en cada colonia, barrio, calle y avenida de la ciudad. Una obra silenciosa que ayuda a propios y extraños, pero que nunca ha sido reconocida por nadie.

Centenares de sampedranos han tocado las puertas de Vicente para que les asigne número a sus casas; otros han tenido la suerte de conseguirlo cuando 'el señor de la señalización' recorría la ciudad valiéndose de una bicicleta, una escalera, martillo y clavos.

De casa en casa ofrecía los servicios de colocación de nomenclatura urbana auxiliándose en un plano regulador municipal elaborado en la administración del ex alcalde Felipe Zelaya en 1964.

Su trabajo aún puede verse en colonias de los cuatro sectores.

Vicente, como le llama Esperanza, su adorada esposa, nació en el pueblo occidental de Veracruz, pero su intrepidez y la necesidad de salir adelante lo llevó a San Pedro Sula.

Un foráneo ejemplar

Abrirse camino no fue fácil, pero consiguió su primer trabajo como canillita de los diarios El Cronista, La época y Comercial, todos ya desaparecidos. En ese tiempo cada impreso costaba diez centavos de lempira. Ni medio centavo de dólar.

Los pocos lempiras que ganaba como vendedor de periódicos no le ajustaban, pero allá por el año 1958, tocando puertas, obtuvo un trabajo en Comunicaciones Eléctricas (ahora Hondutel) como mensajero y luego como cartero en el Correo Nacional.

El trabajo se complicaba porque no había direcciones definidas; los sampedranos caminaban perdidos en su ciudad.

Los carteros y mensajeros no eran la excepción, y para facilitarse el trabajo, en 1960 liderados por don Vicente, iniciaron una campaña para enseñar a la población cómo usar las direcciones y permitir la colocación de números en sus casas y código postal.

La mayoría desmayó, pero don Vicente se mantuvo en pie de lucha. Salió a pedir ayuda a los negocios para darle publicidad a la campaña cívica 'Nomenclatura urbana'. Las emisoras HRPL, Suyapa, La Voz de CA y la Norte le dieron total respaldo. Recaudó 30 lempiras y con ellos compró un sello, una almohadilla y tinta para escribir los mensajes que llevaba a cada vivienda, donde colocaba el número tras pedir autorización.

Así don Vicente empezó a numerar las casas durante los fines de semana y días feriados. Su labor empezaba a servir a los sampedranos.

La campaña se llamaba Nomenclatura Urbana y en 1964, cuando la Municipalidad elaboró el plano regulador de SPS, el cartero consiguió unas de las copias para seguir su labor de enumerar viviendas.

Trabajo y dedicación

En cada casa, el hombre dejaba un aviso que decía: 'Por medio de la presente se les comunica que se organiza el número de casa por calles y avenidas; el ordenamiento es de acuerdo con el plano regulador. Por la placa con número de casa asignado y colocado usted paga L30, no más cobros. Luego el número de casa es oficializado por Catastro'. Atte. Vicente Méndez.

PD. Al pagar la placa del número de su casa, usted coopera con el señalamiento de calles y avenidas. La mayoría de sampedranos aceptaban y permitían que se les colocara el número.

Entonces el hombre de las señales buscaba el número de cuadrante, calle y avenida y asignaba ordenadamente el 'código postal' de cada casa.

Llegaba a su pequeño taller y en forma artesanal cortaba la lata, dibujaba y pintaba los números. Luego y previa autorización del dueño, la pegaba en las viviendas. Muchas de las señales aún se conservan y otras han sido cambiadas, pero el número es el mismo asignado por don Vicente.

Los años transcurrían y ya en la década de los 90 don Vicente seguía con su faena, pero empezó a tener problemas para hacer su labor.

Al llegar a colonias como Moderna, Potosí y El Pedregal las personas lo miraban con desconfianza y no permitían que se colocara el número.

'La lucha fue ardua, pero la inseguridad, la vejez y las enfermedades me hicieron desistir de seguir con la gran obra que empecé', dice don Vicente.

Hoy recorre las calles y repite a cada momento que cuando organizaba San Pedro Sula pensaba en vivir 100 años y rezaba como si fuera a morir mañana.

Hoy no hay Ninguna institución que enumere las casas correctamente en San Pedro Sula

Antonio Zerón necesitaba que le asignaran un número a su casa en la colonia Bella Vista en el sector noroeste. Acudió a las oficinas de Catastro Municipal, pero allí no le dieron ayuda porque manifestaron que ellos sólo legalizaban los números que ya estaban. Uno de los empleados le recomendó que fuera al Correo Nacional. Antonio preguntó qué tenía que ver el Correo en el trámite que quería realizar. Sin embargo, fue a las oficinas del Correo y allí le manifestaron que ellos no lo hacían pero conocían a un cartero que realizaba ese trabajo. Le dieron la dirección y así llegó a la casa de Vicente Méndez en el año 2004. Méndez hizo el trabajo, pero hoy nadie más lo hace. Igual que Antonio, muchos sampedranos fueron remitidos a donde don Vicente, dejando claro que la Municipalidad (que debe tener una dependencia encargada de enumerar las casas de San Pedro Sula) no la tiene.

Alcides Sánchez, jefe de Catastro Municipal, manifiesta que ellos no son los encargados de esa labor y únicamente asignan el número catastral. Dice que el sistema ha tenido varias actualizaciones.

Fabricia Hernández, jefa de Urbanismo, dice que la Municipalidad no es la encargada de asignar esos números sino que debe ser el Correo Nacional.

'El número de casa es para cuestiones de correo o de dirección'.

Explica que actualmente las urbanizaciones que han surgido dan a la persona el número de bloque y clave catastral y ellos deciden si quieren colocar el número de casa para efectos de direcciones.

A su criterio debería existir una dependencia que se encargue de ello, pero por años lo ha hecho el Correo Nacional, ya que las funciones de Catastro son diferentes. 'Instituciones como Aguas de San Pedro, Enee y Hondutel hoy pueden hacer llegar los recibos valiéndose de la clave catastral'.

Para la arquitecta Hernández, la labor de colocar números debe tener un seguimiento sobre todo en los sectores que no son urbanizados. El número de casa o código postal es útil más para el Correo Nacional.

Pero allí no supieron dar una explicación del porqué ellos no hacen esa labor. La falta de organización y de una enumeración de casas correcta hace que propietarias de viviendas como Mercedes Valladares, que vive en el barrio Cabañas, se sorprenda cuando le llevan recibos que llevan plasmados su número de casa, pero que no le pertenece.

Lo que sucede con doña Mercedes es que a pocas cuadras de su residencia, en el mismo barrio, hay otra casa con el mismo número.

Aunque digan los arquitectos que las instituciones estatales pueden valerse del número catastral, parece que el número de casa o código postal sigue siendo la mejor forma para encontrar direcciones en grandes ciudades como San Pedro Sula.