El ilusionista estadounidense David Blaine, que lleva cinco días sumergido en una gran pecera en Nueva York como parte de otro de sus retos, está perdiendo fuerza y será tratado por los médicos este fin de semana, dijo su portavoz.
Blaine, reconocido por sus impresionantes trucos de resistencia, comenzó esta semana una nueva prueba en la que buscará batir el récord mundial de retener la respiración inmerso en una gran pecera.
Para su nuevo reto, “Drowned Alive” (Ahogado en vida), este estadounidense con ascendencia puertorriqueña, de 33 años de edad, se sumergió el lunes en una esfera de acrílico, de 2,5 metros de alto, ubicada en el Lincoln Center de Nueva York.
“Mi único temor es lo desconocido”, declaró el mago antes de meterse en la esfera transparente ante cientos de personas, no sin antes admitir que el mundo verá algo “bastante loco” si algo de lo previsto sale mal.
Un tubo de aire y otro de alimento líquido mantienen con vida a Blaine, quien se sumergió vistiendo apenas unos pantalones negros y un par de botas de goma. Mañana, al cabo de una semana bajo agua, el mago saldrá de la pecera por un momento para ser esposado a 68 kilos de cadenas de metal, y luego se volverá a meter bajo agua.
Mientras escapa de las cadenas, Blaine se propone aguantar la respiración por más de 8 minutos y 58 segundos, la actual marca mundial.
Riesgos
Durante la prueba, los curiosos y seguidores del mago pueden tocar el recipiente esférico y demostrarle su apoyo, un respaldo que Blaine confía será mayor al que recibió en su prueba londinense de 2003, cuando pasó 44 días sin comer suspendido sobre el río Támesis en una caja de vidrio.
En esa oportunidad, sus detractores llegaron a usar helicópteros de miniatura a control remoto para acercarle hamburguesas, le tiraron huevos y bolsas de pintura y trataron de impedir que durmiera tocando tambores por las noches.
“Me siento bastante bien, aunque he dormido muy poco”, señaló antes de zambullirse, y agregó que adelgazó 23 kilos desde enero para mejorar la eficacia con la que su cuerpo usa el oxígeno.
Blaine decidió modificar el plan original, agregándole más emoción al final de la prueba. “Además de contener la respiración por unos nueve minutos, tendré que escapar de todas esas cadenas. Si no, me ahogaré y el mundo verá algo bastante loco”, afirmó.
El nuevo desafío de Blaine implica varios riesgos para su salud, entre ellos daño cerebral, desmayos, problemas para dormir y en la piel.
En la esfera, el agua se mantiene en 36 grados Celsius y Blaine podrá cambiar su temperatura corporal con trajes especialmente diseñados para estadías submarinas prolongadas.
Para lograr romper el récord de contención de la respiración, Blaine practicó durante meses con Kirk Krack, un entrenador profesional de buceo, quien destacó que el ilusionista logró mantenerse sumergido sin aire durante ocho minutos.
“Todo se reduce más que nada a afinar su reflejo mamífero de bucear”, explicó Krack. Los mamíferos marinos, como los delfines y las ballenas, son capaces de zambullirse durante períodos prolongados reduciendo sus latidos y “desviando” la sangre de sus extremidades al interior de sus cuerpos.
Krack y su equipo monitorearán de cerca la evolución de Blaine durante su desafío final.
“Nuestro trabajo principal en mantenerlo vivo”, agregó.
Quién es
David Blaine nació en Brooklyn, Nueva York, en abril de 1973. Empujado por su madre Patrie White, David llegó a ser un maestro de la magia. A los 4 años, vio una función de un mago en el metro y decidió conseguir su primer truco en un establecimiento de Disney “El lápiz a través de una carta”. David comenzó actuando en fiestas de personas adineradas, actuó para personajes como Al Pacino, Jack Nicholson, Arnold Schwarzenegger, David Geffen, Mike Tyson y Madonna.
Llegó a ser gran amigo de Robert De Niro y Leonardo Di Caprio. David grabó una cinta que la envió a la ABC. Éstos se volvieron locos al verla y le llamaron para realizarle una entrevista. Cuando ellos vieron su magia, decidieron hacer una especial. Si aún no lo sabes él produjo David Blaine: Street magic.
Pero fue su magia callejera, transmitida por televisión a finales de los años 1990, lo que lo volvió famoso en todo el mundo.
Blaine se metió en un cubo de hielo por casi 62 horas y pasó 35 horas en una columna de 30 metros de alto.