La Alternativa Bolivariana para las Américas, Alba, ha generado en la nación gobernada por Daniel Ortega un problema similar al que afronta Honduras con el presidente José Manuel Zelaya: el discurso injustificado contra los socios tradicionales del país.
Si bien es cierto que las naciones tienen la libertad de asociarse con quien quieran, no es menos cierto que no hay por qué hacer zancadilla a quien comúnmente da su apoyo, lo cual supone una contradicción al desarrollo.
Los empresarios ven cómo los Gobiernos, sin justificación, atacan a los países adonde se exporta y desde los que se importa.
'En la era de la globalización, Nicaragua es un país que se está quedando atrás. Tenemos que conectarnos a tratados de libre comercio para atraer inversiones que hagan crecer el comercio. Pero además de esos tratados necesitamos tener buenas relaciones diplomáticas, especialmente con quienes nos interesa tener cercanía y a quienes hay que priorizarlos', manifestó Niels Ketelhohn, director del Incae para Nicaragua, durante el Día del Empresario Nicaragüense, celebrado hace dos semanas y al que asistió el presidente Ortega.
'Es claro que nuestro principal socio es Estados Unidos, después está el resto de la región y luego la Unión Europea y otros países. De ahí proviene la poca inversión hacia nuestro país, los insumos para producir, la ayuda y las remesas. Nicaragua no puede darse el lujo de tener relaciones menos que cordiales con ellos', adujo.
Adiós inversión
Los empresarios se han quejado por la dualidad del discurso presidencial. Cuando está en lugares públicos, el presidente nicaragüense ataca indirectamente a la empresa privada al arengar contra el libre comercio y los inverisonistas 'pity yankies' como diría el presidente Chávez -que ha invertido cerca de 33 mil millones de dólares en apoyo a la región-.
Además, el discurso promueve los programas populistas -cuyos resultados son difíciles de asumir debido al desempleo, la pobreza y la creciente emigración- que atraen a campesinos, pobres y amigos que se benefician de los procesos como la Alba.
Esas razones hacen que en Nicargua, como en Hondoras, la relación con la empresa privada no ha sido la mejor, para que Ortega maneje un discurso más suave y tolerante cuando se reúne con los sectores productivos .
'La relación con Venezuela y los discursos confrontativos del presidente Ortega han aumentado el riesgo del país, provocando que muchos inversionistas vean con más cautela a Nicaragua y que lo piensen dos veces cuando quieren invertir acá. En temas comerciales no se ha visto mucho aprovechamiento de la relación con Venezuela', señala de primera mano Mario Moncada, el coeditor de La Prensa de Nicaragua.
La política
Quienes analizan con mayor detenimiento la dialéctica política del Presidente advierten mayores peligros que pueden causar no sólo graves daños a las relaciones comerciales, sino a la diplomacia.
'Los Estados Unidos dejan hablar a Ortega porque su perorata política no es preocupante hasta ahora. Sin embargo, he hablado con representantes de países extranjeros que me dicen que lo preocupante es que se profundicen las relaciones con países como Irán', explicó el economista Néstor Avendaño.
Los continuos roces entre Irán y Estados Unidos por el tema de armamentismo nuclear hacen que se prevea desde ya una relación tensionante para Nicaragua, país que también ha coquetado con Libia, y para la región a corto plazo.
En Nicaragua, Irán está comprometido en cofinanciar un puerto de aguas profundas en el Atlántico nicaragüense -una nueva competencia para Puerto Cortés-, en financiar la construcción de pequeños núcleos agroindustriales como procesadoras de leche y de queso, y a construir 10 mil viviendas de interés social.
'El Congreso iraní ya aprobó la construcción de una presa hidroeléctrica y si eso se hiciese en forma oculta como se hace con los fondos de Alba puede provocar problemas geopolíticos por reacciones de Gobiernos como el de EUA', que buscan cuidar su seguridad nacional.
¿Una muestra?
La cautela del recién llegado embajador estadounidense en Nicargua, Robert Callaham, no ha podido disimular la molestia que le causan los discursos de Ortega y sus acercamientos políticos a la principal potencia del hemisferio.
De hecho, el secretario de Comercio de Estados Unidos tenía prevista una visita a Nicaragua el próximo 28 de septiembre, pero la llegada fue cancelada. 'Me dijeron desde la oficina del secretario que ya no era el momento apropiado para una visita debido a las circunstancia que han cambiado', explicó Callahan sin aclarar cuáles habían sido esas circunstancias.
Aunque nadie confirma la relación directa, el anuncio se produjo a pocos días de que Ortega señalara su apoyo a las independentistas Osetia del Sur y a Abjasia, y donde incluso llegó a ordenar la apertura de consulados en esos lugares.
Bajo tal esquema de gobierno, adonde la lengua se afloja con facilidad, no es raro pensar en la posibilidad de que Ortega se una a la posición de Chávez, quien ha revivido viejas confrontaciones mundiales al señalar el domingo que Latinoamérica necesita aliarse con Rusia para reducir la influencia estadounidense y mantener la paz en la región.
La entrevista se emitió al mismo tiempo en que naves de la armada rusa se preparaban para navegar hacia Venezuela, y ése es el otro peligro no sólo para Nicaragua, sino para Honduras y el resto de la región: la carrera armamentista.
En sus marcas
Según Andrés Oppenheimer, columnista de LA PRENSA y ganador del Premio Pulitzer, 'Latinoamérica está invirtiendo 40 mil millones de dólares en compra de armamento' y Chávez parece ser el que quiere ganar la apuesta. Ortega podría seguir ese afán.
'Hasta ahora no ha habido ninguna intervención militar y esperemos que sigamos así para mantener la institucionalidad. Con Alba, a futuro vamos a incrementar la pobreza en toda la región porque el círculo cerrado que supone hace que no haya más colaboración que la del sistema totalitario de Chávez. Eso ya lo vivimos en Nicaragua en los 80 con Rusia y Cuba y por eso hacemos un llamado al pueblo de Honduras para que abra bien los ojos, porque esa alianza con Venezuela va a ser un costo para la pobreza y la libertad', manifestó Maria Eugenia Sequeira, diputada de la Bancada Democrática Nicaragüense.
Durante la Guerra Fría, Latinoamérica se convirtió en un campo de batalla ideológico entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Pero a medida que empeoran sus relaciones con Washington, después de la guerra entre Rusia y Georgia del mes pasado, el Kremlin ha intensificado sus contactos con Venezuela, Cuba y otros países latinoamericanos.
El aumento del contacto militar entre Moscú y Caracas parece ser una respuesta al envío de barcos estadounidense transportando ayuda humanitaria a Georgia después de su guerra con Rusia.
Va en serio
El Gobierno de Caracas recientemente permitió que dos bombarderos rusos aterrizaran en su territorio y se prepara para realizar maniobras navales con Rusia. Chávez planea visitar Moscú el viernes, su segundo viaje en tan sólo dos meses.
'No sólo Venezuela, sino Latinoamérica en su totalidad necesita amigos como Rusia ahora que estamos sufriendo esta dominación -estadounidense-. Necesitamos a Rusia para nuestro desarrollo económico y social, para el apoyo en general, para las vidas de las personas de nuestro continente, para la paz'.
Ante ese panorama, Eduardo Montealegre, ex ministro de Finanzas, hace el llamado de atención: 'Ortega ha creído que no necesita más cooperación externa que las grandes cantidades de dinero que le ofrece Chávez, pero a la hora de la verdad no se cumplen. Esperamos que la democracia gane en Venezuela y nos deshagamos de Chávez'.
La realidad armamentista
El traslado temporal de dos bombarderos rusos Tu-160 a Venezuela y el envío de naves de la armada rusa a Venezuela es una incursión militar de Moscú en el hemisferio occidental que no se registraba desde la Guerra Fría.
Se planea que la nave Pedro el Grande, impulsada por energía nuclear, y otros tres barcos de la Flota del Norte del país, naveguen desde la base en Severomorsk para una misión que incluye un ejercicio conjunto con la armada venezolana. Chávez insiste en que Estados Unidos representa una amenaza para Venezuela.
Habla la Cámara de Comercio
¿La Alba ha ahuyentado inversiones?
Por supuesto. Nosotros tenemos reportes de muchos empresarios privados nacionales y extranjeros que han decidido posponer o cambiar de dirección sus inversiones a otro sitio por el ambiente tenso que se vive en Nicaragua producto de la retórica del Gobierno. Nosotros quisiéramos que lo que se hace y lo que se dice fuera coincidente.
¿Cómo es el diálogo Ortega, Venezuela y EUA?
Aquí en Nicaragua los discursos del actual Gobierno son muy confrontativos. Sin embargo, la relación de la empresa privada con EUA se han manejado de forma cordial por la mucha cooperación que se maneja de forma correcta. Por ahora ponemos más atención a lo que se hace que a lo que se dice.
¿Cómo analizan la Alba?
Tenemos sentimientos encontrados. Nicaragua, por ser un país con una economía tan pequeña y emproblemada, no puede despreciar ninguna cooperación internacional.
¿Qué opina del manejo de los fondos?
Están siendo manejados por empresas privadas y no por el Estado y se canalizan hacia los sectores que ellos estiman más convenientes.
¿Se ha pedido transparencia?
Hemos hecho reiterados llamados al Gobierno para que de forma transparente nos informe las cuantías y usos que se le da a esa colaboración, la cual debe ser dirigida hacia los sectores que consideramos prioritarios. Queremos que nos diga cuál va a ser la cooperación para los años venideros y que sea sometida al escrutinio de las leyes del país.