La civilización maya habitó una vasta región denominada Mesoamérica, en el territorio hoy comprendido por cinco estados del sureste de México que son, Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán; y en América Central, en los territorios actuales de Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Con una historia de aproximadamente 3 mil años, los mayas fueron destacados astrónomos y matemáticos; dejaron construcciones imponentes y registro de sus sobresalientes conocimientos. Se tiene registro de que los mayas suturaban heridas eficientemente al utilizar cabello humano como hilo.
Se ha descubierto, igualmente, que reducían el tiempo de recuperación de las fracturas y que hacían cirugías dentales. Incluso han sido recuperadas prótesis de jade y turquesa rellenas de pirita de hierro, que usaban para reemplazar dientes.
Matemáticos y arquitectos
Sus cálculos matemáticos incluian el cero o la representación de nulidad desde el año 36 a. C. A muchas civilizaciones les tomó siglos integrar este elemento, que estuvo totalmente ausente en otras y que, si no es tomado en cuenta, produce imprecisiones significativas en los razonamientos. Además, su sistema era vigesimal.
De las tres grandes civilizaciones de la América prehispánica, inca, mexica (llamada también azteca) y maya, fue esta última la que desarrolló el sistema de comunicación por signos más sofisticado. Mientras los incas carecían de escritura y aprendían de forma numérica y los mexicas empleaban pictogramas, los mayas alcanzaron métodos de escritura fonética, con más de 700 signos.
Varias construcciones mayas se erigieron con base en cálculos astronómicos muy precisos.
Durante la puesta del sol de los equinoccios de primavera y otoño, la proyección de luz marca siete triángulos de luz invertidos en la principal pirámide de Chichén Itzá. Se forma así una “serpiente de luz” que asciende por la escalera de la pirámide.
Esto es el resultado de la sombra de las nueve plataformas del edificio.
Lo árido de los territorios que ocuparon los mayas les volvió expertos ingenieros que enfrentaron las sequías con canales de distribución y otras ideas de ingeniería usadas actualmente. Además, normalmente se establecían en los alrededores de ríos o estanques. De esa forma, eran capaces de cultivar cacao, calabazas, frijol, maíz y algodón en varias épocas del año.