Tegucigalpa, Honduras.
El embajador del Japón en el país, Norio Fukuta, reiteró “el compromiso del Japón con la región y la importancia de proteger las trayectorias educativas de los jóvenes más vulnerables, que ahora también se ven afectadas por los impactos del Covid-19”.
El Gobierno de Honduras, el Fondo Especial de Japón y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentaron hoy los detalles de la donación aprobada en junio pasado y con la que se pretende apoyar el inicio del año escolar en el actual contexto de pandemia de la COVID-19 e incentivar la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo.
Esta donación por valor de US$1 millón para Honduras y El Salvador, de los cuales US$560.000 corresponden a Honduras, hará posible la preparación en el país de un total de 16 centros para la reapertura física, gracias a la adquisición, a través de la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros de Centroamérica y Republica Dominicana (SE-COMISCA), de 51.335 kits de protección personal y 40 termómetros digitales sin contacto que beneficiarán a 12.733 estudiantes y 943 docentes.
Esto se complementará con el desarrollo, con apoyo de la organización colombiana Coschool, de un marco nacional de formación en habilidades socioemocionales, capacitaciones para 150 formadores y un programa de radio conducido por estudiantes para desarrollar habilidades socioemocionales en los estudiantes a distancia.
También se trabajará en una estrategia y plan de incentivos monetarios y no monetarios para motivar a los escolares a regresar a las aulas y promover su permanencia en el sistema educativo.
Por último, la donación incluye el desarrollo de un piloto de educación a distancia con la plataforma Kolibri que beneficiará a más de 1.500 estudiantes de secundaria de Intibucá, apoyando su retorno el año lectivo.
 Eduardo Almeida, representante del BID, durante su participación.
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Por su parte, el Secretario de Educación de Honduras, Arnaldo Bueso, agradeció el apoyo del BID y Japón y recalcó que “es prioritario que con el inicio del año escolar se garantice la seguridad de toda la comunidad educativa”.
Asimismo, el representante del BID en Honduras, Eduardo Almeida, reiteró que “el BID continuará siendo un aliado del país para afrontar los desafíos del año que comienza”.
Esta cooperación técnica plantea actividades similares en El Salvador y los aprendizajes se compartirán con el resto de los países mesoamericanos mediante la participación de otras instituciones clave de cooperación regional en salud y educación, CECC / SICA y Educación Mesoamérica, una iniciativa regional del BID que persigue un aumento en el número de jóvenes vulnerables que se gradúan de secundaria con aprendizajes relevantes.
