Tegucigalpa. La nominación de Laura Farnsworth Dogu como la eventual embajadora de Estados Uni dos en Honduras ha generado expectativas en un sector de la población hondureña.
Para expertos en política exterior, su nombramiento aún no es acto consumado, pues su nominación está ahora en manos del Senado.
El excanciller Guillermo Pérez-Cadalso Arias precisó que “el ejecutivo, encabezado por Joe Biden, somete al Senado esa designación para que sea ahí donde finalmente se confirme o rechace esa designación”.
“Cualquier nominación de un Estado obedece a un recurso estratégico, en el sentido de que se manda un mensaje con el tipo de persona que llega, con su currículum y en el momento coyuntural en el que se envía”, argumenta Pérez-Cadalso.
Para recordar
Laura Dogu, diplomática decarrera en el servicio exterior de sus país, fue propuesta el 5 de noviembre ante el Senado por el presidente Joe Biden.
Enfatiza en que “el nombramiento de un embajador es una señal de que están preocupados por lo que pasa en el país”.
En la misma línea se manifiesta el exembajador de Honduras en Alemania y catedrático universitario, Efraín Díaz Arrivillaga, al aseverar que “es una buena señal del gobierno de Estados Unidos de normalizar la situación de la embajada después de haber estado por varios años con un encargado de negocios”.
Para Arrivillaga “esa nueva relación, con cualquier gobierno que venga, tiene que ser con base en una agenda bilateral entre Estados Unidos y Honduras, donde estén sobre la mesa los intereses de ambos”.
