La pandemia del dengue continúa infrenable. Otras dos bebés se reportan como las nuevas víctimas del dengue en la capital, mientras que en la zona norte se reporta el deceso de un joven de 17 años.
En la madrugada del miércoles, la pequeña Leany Monjarás Perdomo, de un año, originaria de Lejamaní, Comayagua, murió de dengue a las dos horas de haber sido hospitalizada en el Materno Infantil de Tegucigalpa.
La segunda niña fallecida en las últimas horas apenas tenía 27 días de nacida. Su nombre era Eva Lizeth Gonzales, originaria de la comunidad de Cofradía, Francisco Morazán.
El cuerpo de la recién nacida hasta la tarde de ayer aún no era reclamado por sus familiares.
Según Javier Pastor, viceministro de Salud, se investigan 10 diez muertes sospechosas de haber sido causadas por el dengue, de las cuales, la mitad podría ser confirmada.
Un informe de la Región Metropolitana revela que en el municipio del Distrito Central se han confirmado 16 defunciones en lo que va del año.
Fallece joven de Atlántida
Juan Edilberto Romero Padilla, 17, se convirtió ayer en el primer fallecido por dengue originario de Arizona, Atlántida.
El joven ingresó con síntomas de dengue clásico en el hospital al Tela. Ya hospitalizado, su condición empeoró, pues presentaba síntomas de la variante hemorrágica.
Personal médico del hospital de Tela informó que para evitar que se complicara fue trasladado al hospital Mario Rivas en San Pedro Sula, donde al parecer falleció, pero los médicos que ayer por la tarde estaban de turno en el Rivas informaron que no registraron el ingreso del joven.
Debido al fallecimiento de Romero Padilla, en el hospital de Tela se llevó a cabo una fumigación de emergencia para matar posibles vectores infectados.
Mosquito más resistente
Roxana Araujo, jefa del Programa Nacional de Dengue, explicó que según los informes que han enviado las regiones sanitarias, el 85 por ciento de los municipios del país reportan la presencia del Aedes aegypti.
Araujo agregó que el vector ha cambiado su hábitat, pues antes se consideraba que en comunidades con alturas de 1,500 metros sobre el nivel del mar y en temperaturas heladas no había propagación del mosquito.
“La situación ha cambiado porque en comunidades donde hace dos años no había presencia del mosquito actualmente se reportan casos del padecimiento”, dijo la funcionaria.
Para ser más precisa, afirma que se han detectado enfermos de dengue en zonas frías del país como Intibucá o Santa Lucía, Francisco Morazán.
Nuevas acciones
La titular del programa de dengue informó que como parte de las nuevas acciones para controlar la epidemia se harán pruebas de laboratorio específicas para identificar los casos de dengue.
También se rociarán las paredes con el insecticida que se usa para controlar los vectores que transmiten el mal de Chagas y la malaria.
Al día se intervendrán unas 600 viviendas y se fumigarán pared por pared, pues de esta forma se extenderá el tiempo de acción del insecticida.
La forma de entrega de abate también ha cambiado, ya que se está aplicando directamente en los recipientes en que los colonos guardan el agua para los quehaceres.
“Estamos modificando las medidas de acuerdo con el comportamiento que ha mostrado la epidemia”, agregó la entrevistada.
Sapos ayudan a combatir plaga
El doctor Francisco Reyes, coordinador regional de Salud Ambiental en La Mosquitia hondureña, recomendó tener un sapo como mascota para eliminar la plaga de zancudos. El médico afirma que este anfibio, que a nadie simpatiza por ser tan feo, es el mejor controlador biológico y se come los zancudos, por lo que, al tenerlo, una familia evitará ser picada por el insecto. Agregó que los sapos no dañan la salud humana, por lo que también pueden tenerlo en el cuarto y hasta debajo de la cama para que se coma los zancudos.
“Si una familia tiene como mascota a este anfibio, los zancudos no viajarán más de 150 metros de la vivienda”, sostuvo Reyes. Según el experto, en Francisco Morazán, uno de los departamentos más afectados por los casos del dengue, en su mayoría, los ríos y riachuelos no tienen batracios (sapos) ni peces, lo que produce la propagación de zancudos. También recomendó usar mosquiteros.