Tegucigalpa, Honduras.
Un movimiento de docentes busca rescatar los beneficios que ofrecía la vieja Ley del Inprema, con la que los profesores, dicen, obtenían una “justa jubilación”.
Este grupo ha entablado diálogos con diputados para allanar el camino que los lleve a aprobar una especie de amnistía que permita a ciertos docentes buscar una jubilación con los beneficios de la ley anterior.
Son 3,000 docentes con más de 10 años de servicio y con 50 años de edad, requisitos planteados en la ley vieja del Inprema.
Sin embargo, autoridades del Inprema hablan de que “eso sería catastrófico” para la institución.
El director presidente del Inprema, Ernesto Carías, dijo que unos nueve mil docentes se beneficiarían y eso tendría un impacto negativo en las finanzas del instituto. Carías mencionó que inmediatamente se incrementaría el déficit actuarial de 18 mil millones a 54 mil millones de lempiras.
Levi Ríos, docente del Instituto Central Vicente Cáceres y propulsor de esta amnistía, comentó que emprendieron este proyecto pues “estamos preocupados porque no podemos jubilarnos” como lo merecen.
“Teníamos un proyecto de vida y a medio camino cambiaron las reglas del juego y nos damos cuenta de que no hay jubilación; lo que hay es una pensión calamitosa con la que el maestro debería vivir sus últimos días en una situación precaria”, dijo.
Leslie Idalia Hernández Laínez, maestra del Instituto Jesús Aguilar Paz, mencionó que con la ley anterior, el Inprema le tomaba en cuenta, para hacer el cálculo de la jubilación, los últimos 36 sueldos globales, incluyendo quinquenios, calificación académica y otros colaterales.
Sin embargo, con la nueva norma ahora se promedia solo el sueldo base, sin colaterales, que en esencia baja casi a la mitad el sueldo global con que se promediaba la jubilación.
Con esto, sostuvo, un maestro pasó de jubilarse con un 90% de su salario al 60% o incluso menos. La nueva Ley del Inprema, vigente desde el 23 de enero de 2012, elevó la edad de jubilación de 50 a 56 años.
Un movimiento de docentes busca rescatar los beneficios que ofrecía la vieja Ley del Inprema, con la que los profesores, dicen, obtenían una “justa jubilación”.
Este grupo ha entablado diálogos con diputados para allanar el camino que los lleve a aprobar una especie de amnistía que permita a ciertos docentes buscar una jubilación con los beneficios de la ley anterior.
Son 3,000 docentes con más de 10 años de servicio y con 50 años de edad, requisitos planteados en la ley vieja del Inprema.
Sin embargo, autoridades del Inprema hablan de que “eso sería catastrófico” para la institución.
El director presidente del Inprema, Ernesto Carías, dijo que unos nueve mil docentes se beneficiarían y eso tendría un impacto negativo en las finanzas del instituto. Carías mencionó que inmediatamente se incrementaría el déficit actuarial de 18 mil millones a 54 mil millones de lempiras.
Levi Ríos, docente del Instituto Central Vicente Cáceres y propulsor de esta amnistía, comentó que emprendieron este proyecto pues “estamos preocupados porque no podemos jubilarnos” como lo merecen.
“Teníamos un proyecto de vida y a medio camino cambiaron las reglas del juego y nos damos cuenta de que no hay jubilación; lo que hay es una pensión calamitosa con la que el maestro debería vivir sus últimos días en una situación precaria”, dijo.
Leslie Idalia Hernández Laínez, maestra del Instituto Jesús Aguilar Paz, mencionó que con la ley anterior, el Inprema le tomaba en cuenta, para hacer el cálculo de la jubilación, los últimos 36 sueldos globales, incluyendo quinquenios, calificación académica y otros colaterales.
Sin embargo, con la nueva norma ahora se promedia solo el sueldo base, sin colaterales, que en esencia baja casi a la mitad el sueldo global con que se promediaba la jubilación.
Con esto, sostuvo, un maestro pasó de jubilarse con un 90% de su salario al 60% o incluso menos. La nueva Ley del Inprema, vigente desde el 23 de enero de 2012, elevó la edad de jubilación de 50 a 56 años.
