Diego Manuel López Padilla, un niño de 11 años, relató este viernes durante una charla sobre 'La no migración' que ha intentado dos veces, sin éxito, reunirse con su madre que vive en los Estados Unidos de América.
—¿Tú llegaste a los Estados Unidos, Dieguito?, le consulta un periodista. —No, no pude pasar, responde el pequeño (que cursa el quinto grado en la escuela David Corea Sánchez de la colonia Los Pinos de Tegucigalpa).
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'Mi trayecto fue un poquito horrible y un poquito emocionante', comienza diciendo Diego.
Agrega que 'la emoción que se siente es la adrenalina, cuando usted está pasando por ahí (por el desierto), pero también da miedo cuando usted se acuesta y oye como una serpiente o un lobo'.
El menor, que buscó el 'sueño americano', explica que caminó varios días por el desierto.
'Yo iba para allá por Veracruz, ya íbamos a pasar la frontera y nos agarraron', aseguró con voz de inocencia y entusiasmo.
El niño explica que fue atrapado 'por la migra' cuando estaba a punto de reencontrarse con su madre que tiene 5 años de residir en los Estados Unidos.
'Acá en Honduras vivo con mis hermanos y mi papá', afirmó.
Relató que los viajes fueron planificados por su madre, quien en un intento por unir nuevamente el lazo familiar, envió dinero a un coyote para reunirse con su pequeño.
'Mi mamá envió dinero para que yo me fuera con un coyote, y para que se fuera mi hermana también', sostuvo el escolar.
Dieguito y su hermana fueron detenidos en un bus cuando estaban a punto de entrar a los Estados Unidos de América (EUA) en Veracruz, México.
'Había como unos computadores en las que usted podía entrar. Yo estaba jugando. Luego pues se montaron los de la migra porque miraron algo sospechoso sobre mí y mi hermana y nos deportaron', apuntó.
El pequeño Diego Manuel López Padilla concluyó que quiere reunirse con su madre que vive en el país del norte.
| Diego Manuel López Padilla, un niño de 11 años, cursa el quinto grado en una escuela de Tegucigalpa.
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Datos sobre migración
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Según el gubernamental Comité de Atención al Migrante Retornado (CAMR), entre 60,000 y 100,000 hondureños salen anualmente huyendo de su país debido a la falta de empleo y la violencia.
La directora de la Escuela explicó que así como Dieguito hay otros niños que también han sido deportados desde Estados Unidos o México.
'Dentro de nuestro calendario cívico hay innumerables charlas programadas para contribuir a la formación y educación de nuestros alumnos y en este momento estamos hablando de la no migración', dijo la maestra, cuyo nombre no fue especificado.
Añadió que 'el hecho de migrar a otros países tiene consecuencias muy graves. Tenemos la experiencia de niños de acá, que ya viajaron, hicieron dos intentos por llegar a otros países pero no lo han podido lograr porque lo han intentado hacer de una forma ilegal'.
'Los estamos concienciando de que si ellos se preparan, en algún momento de sus vidas van a poder tener los recursos para tener su documentación legal para ir a cualquier país del mundo', aseguró.