San Pedro Sula, Honduras
Con apenas un año y medio, Valentina ha mostrado su fascinación por los caballos, es por eso que su abuelo José Flores la llevó a disfrutar del tradicional desfile hípico de la la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Sula (Agas) ayer en San Pedro Sula.
El galope de los caballos purasangre y una que otra demostración de sus destrezas emocionó a Valentina y a decenas de espectadores que aguardaban la esperada marcha de los corceles.
“Cada vez que mira un caballo se emociona, por eso la traje para que mirara estos hermosos animales”, dijo Flores al referirse a su nieta.
Como todos los años, el campo Agas entretuvo a los sampedranos con su vistoso desfile, el cual comenzó a las 11:00 am en la 14 calle y 3 avenida del barrio Las Acacias, luego subió por la primera calle hasta la Circunvalación y culminó en el Monumento a la Madre.
El evento, que está por cumplir 50 años, fue todo un espectáculo. Hombres, mujeres y niños montaron briosos caballos, yeguas, autos clásicos, de carreras, cuatro por cuatro y cuatrimotos, además de las coloridas y musicales carrozas que no pueden faltar.
Mario Jiménez, encargado del ganado del Agas, informó que la exhibición contó con 450 ejemplares peruanos, cuartos de milla, españoles, frisones y criollos, un número mayor de solípedos que el año pasado.
“Andamos caballos nobles que no golpean al jinete. Lo bonito fue el clima, que nos ayudó y no hizo tanto sol, estuvo agradable”, manifestó. Jiménez destacó en la participación cada vez mayor de las mujeres en este evento que se prepara con cinco meses de anticipación.
“La participación de las mujeres lo hace más agradable, es una atracción para el público ver mujeres montando”, dijo.
María Fernanda Jiménez, madrina de la feria del Agas, atrajo muchas miradas durante su cabalgata con la yegua española “Cantinera”.
Muchos de los que participaron en el recorrido por el 479 aniversario de San Pedro Sula viajaron desde La Ceiba, Santa Bárbara, Tela, El Progreso, Tegucigalpa y Olanchito.
Como un homenaje a los extintos José Eduardo Gauggel Rivas y su hijo José Eduardo de Jesús Gauggel Medina, los jinetes portaron en sus brazos un pañuelo amarillo con el bordado del apellido Gauggel.
